martes, 28 de mayo de 2019

SAN EUFRASIO

Imagen titular de la Cofradía
de San Eufrasio
(www.todocoleccion.net)

Patrón de Andújar

La figura de San Eufrasio se mueve entre la leyenda y la realidad, entre ha hagiografía y el rigor histórico. De entrada, su relación con Andújar es bastante equívoca, ya que es citado como obispo de Iliturgi y hoy sabemos a ciencia cierta que dicha población romana no estaba en nuestro entorno, sino en el llamado Cerro Máquiz, cerca de Mengíbar. No obstante, Andújar lo tomó como su guía en lo espiritual hace ya casi cinco siglos y de aquel tiempo a esta parte se ha constituido, por derecho propio, en otro nombre para la historia de la ciudad.

Nos cuenta la tradición cristiana que formaba parte de los siete varones apostólicos, junto a San Torcuato, San Tesifonte, San Indalecio, San Segundo, San Cecilio y San Hesiquio o Isicio, comisionados por el apóstol Santiago para difundir el Cristianismo por esta parte del mundo conocido, y ordenados obispos por los propios San Pedro y San Pablo en la mismísima Roma.

Óleo de Crespo que reproduce la consagración como
obispos de los siete varones apostólicos.
(albertosolana.wordpress.com)


De sus datos biográficos, poco sabemos. Se le supone nacido en Zaragoza, e incluso se apunta a la localidad de Sariñena. Tras su ordenación como obispo en el año 44, al año siguiente ya lo tenemos en la Hispania romana donde comienza a dar a conocer el Evangelio en la localidad de Acci (Guadix), junto al resto de sus compañeros. Allí se produce la división del grupo, encaminándose él hacia la Colonia Forum Iulium Iliturgitanum (Iliturgi), donde viviría hasta que fuera martirizado en el año 57.

San Eulogio de Córdoba dejó escrito que en el 618 se le edifica un templo en su honor, reinando entonces Sisebuto y ocupando la sede episcopal sevillana, San Isidoro. Ante la invasión árabe, los cristianos trasladan el cuerpo de San Eufrasio hasta Galicia. La tradición sigue contando cómo el burro que llevaba los restos se detuvo de pronto, siendo imposible que siguiera su marcha. Allí mismo se edificó una pequeña capilla que se convertiría después en la iglesia de Santa María de Mao o de Valdemao, dependiente entonces del monasterio de San Julián, en el actual término municipal de Incio, en Lugo, localidad con la que está hermanada Andújar.


Imagen venerada en Santa María del Mao
(www.todocoleccion.net)


La leyenda deja paso a la historia: hay constancia de que unos frailes del sur de la península se establecieron en la zona, portando un arca con objetos de culto y códices. En uno de ellos se hace constar que el primitivo fundador de la comunidad es un tal Eufrasio, que vivió sobre el siglo V. Aquí quizás radica el hecho de considerar a San Eufrasio como primitivo evangelizador, y posiblemente lo fuera, pero no en una fecha tan anterior. La fama del lugar como propicia para milagros se expande, llegando a ser nombrado San Eufrasio como co-patrón de Galicia. El templo se fue enriqueciendo y surgió una cofradía que se ocupa del culto al santo.

Iglesia de Santa María del Mao. Foto de Carlos Rueda.
(www.lavozdegalicia.es)

Dando un salto de siglos, llegamos al XVI donde Juan del Caño, canónigo y catedrático de Escritura en León, tiene conocimiento de este San Eufrasio, antiguo obispo de Iliturgi. Convencido el afamado polígrafo de que Iliturgi fue el germen de su patria chica, Andújar, se encamina al valle del Mao en 1571 para conocer de primera mano la fiesta del santo, el 15 de mayo. Envía cartas al ayuntamiento de su ciudad natal y logra que sus paisanos se interesen por el asunto. Se difunde la historia de San Eufrasio, su fama de santo milagroso y se le otorga su advocación al nuevo templo de los trinitarios, sito en las inmediaciones de la actual corredera Capuchinos, en lo que fue durante años el cámping. La nueva iglesia será bendecida en 1576. A partir de ese momento se tratará de obtener una reliquia del santo.

Monumento en la plaza del Cámping, que
recuerda la existencia en ese lugar del
antiguo convento e iglesia de San Eufrasio.


La labor de Francisco Terrones del Caño ante Felipe II logrará que esta reliquia llegue a Andújar veintiún años después, portada por el hermano de Terrones, Mauro. El recibimiento que le hace la ciudad es perfectamente descrito por el historiador local Terrones Robles. Al haber partido todo de una iniciativa del Cabildo, desde el principio las fiestas anuales correrán a cuenta del propio consistorio. En 1607 se introduce la canilla que se trajera de Galicia en un relicario de plata cordobesa, obra de Alonso de Bonilla. Desde 1641 se procesionará en unas andas junto a la reliquia de Santa Potenciana. Ambos serán, durante siglos, los patronos de la ciudad, y San Eufrasio, de la diócesis de Jaén desde 1604.

Portada de la edición facsímil
del libro de Terrones.
(www.historiadejaen.es)


Durante los siglos XVIII y XIX va decayendo la fiesta, en parte debido a que el convento de trinitarios sufre dos reveses: primero, la invasión napoleónica y después la desamortización de Mendizábal. La reliquia será trasladada al ayuntamiento y recibirá culto en San Miguel en fechas cercanas al 15 de mayo, con una pequeña procesión por la plaza de España. Ambas reliquias, la de San Eufrasio y la de Santa Potenciana, conocidas popularmente como “la mano blanca y la mano negra” fueron destruidas al principio de la Guerra Civil.

Por todos estos motivos, se pierde casi por completo la ligazón con San Eufrasio hasta que en la década de los ochenta, un grupo de vecinos de la barriada Huerta Maroto o de San Eufrasio, revitalizan el culto al predicador de Iliturgi. En 1991 se aprueban los estatutos de la nueva Cofradía de San Eufrasio que va a generar a su alrededor varios actos culturales y cultuales en el mes de mayo, culminando con la procesión del santo por las calles de Andújar.

Procesión de San Eufrasio. Foto: J. C. González
(www.andujar.ideal.es)


En 1996 se conmemoró el cuarto centenario de la traída de la reliquia a Andújar, se inauguró un monumento y fue nombrado alcalde mayor perpetuo. En el año 2005 se consigue una nueva reliquia y diez años después se bendice el nuevo templo de San Eufrasio.

San Eufrasio en el antiguo relicario que se conserva
en la capilla del Cristo de la Agonía.


En la localidad, las fiestas de septiembre llevan su nombre, así como el parque central del barrio, un colegio y una calle. Parte de las antiguas manifestaciones artísticas se han perdido con el tiempo, quedando en la actualidad, no obstante, en la ciudad varias esculturas en su honor, como las de la capilla de la Virgen de la Cabeza, otra en el santuario (de Navas Parejo) y dos en San Miguel (de Pariente Sanchís y González Orea, respectivamente). En cuanto a pinturas, es interesante la que forma parte del relicario que se puede contemplar en la capilla del Cristo de la Agonia, que podríamos fechar en el XVIII. Todos los historiadores clásicos de Andújar aluden al santo en sus escritos, comenzando por Antonio Terrones Robles, autor de la indispensable Vida, martirio, traslación y milagros de San Eufrasio. El aragonés Lupercio Leonardo de Argensola glosó el traslado de la reliquia en versos barrocos y el propio Rubén Darío lo cita, en uno de sus articulos donde elogia la religiosidad española y que lleva por título “Semana Santa”. Más recientemente, este nuestro legendario patrón ha servido de materia de ficción a José Javier Esparza en su novela El Reino del Norte, y a los autores del cómic La espada de San Eufrasio, con dos historias publicadas hasta la fecha.

(www.eshoradelastorta.com)



FUENTES:

GÓMEZ MARTÍNEZ, Enrique; Historia de San Eufrasio, patrón de Andújar y de la diócesis de Jaén. Andújar, Hermandad de San Eufrasio, 2010.

IGLESIAS ALMEIDA, Ernesto; “Una obra de la rejería tudense en tierras de Incio”, Boletín do museo provincial de Lugo, 3, (1987), pp. 53-56.

LEONARDI – RICCARDI – ZARRI (coord.); Diccionario de los santos. Vol. I. Madrid, San Pablo, 2000.

LÓPEZ RUBÍN, Pedro; San Eufrasio. Varón apostólico. Lugo, Imprenta provincial, 1994. Facsímil.

TERRONES Y ROBLES, Antonio; Vida, martirio, traslación y milagros de San Eufrasio, obispo y patrón de Andújar. Jaén, Diputación, 1996. Facsímil.