lunes, 30 de enero de 2023

 

FRAY BARTOLOMÉ DE ANDÚJAR

(? - 1608)


Fraile franciscano



Comenzamos la andadura por el 2023 en este blog desempolvando a un paisano que no destaca por haber escrito arrebatadoras páginas de lírica descarnada ni tampoco por conquistar territorios allende nuestras fronteras. Igualmente no tenemos en él a un referente de la investigación científica, el logro de récords deportivos o la gestión de la cosa pública. Este frailecillo, que nació como Bartolomé Delgado y fue conocido como fray Bartolomé de Andújar, en honor a su patria chica, aparece en todas las crónicas de la Orden de franciscanos descalzos como ejemplo máximo de humildad, sacrificio y abstinencia extrema. Todo ello nos remite, lógicamente, a una época pretérita, nada que ver con las metas que hoy imperan en la sociedad.

 

Obra salida de la pluma de fray Martín de San José, donde se glosa la vida del andujareño.


El historiador local Antonio Terrones Robles ya hablaba de él en la recopilación de varones ilustres en santidad, basándose en la más extensa biografía que aparece en la obra coetánea de fray Martín de San José. No ejerció su labor caritativa y de oración fray Bartolomé en el sur de España, sino que tomó los hábitos en la provincia de descalzos de San Pablo de Castilla La Vieja y allí vivió el resto de su vida. No podemos evitar reproducir parte de lo recogido por fray Martín, donde se ponderan las virtudes de su compañero: “Desde el punto que entró en la Religión, gozó de admirable paz, quietud y mansedumbre. A nadie dio ocasión de disgusto. A todos amaba y servía, con entrañas de encendida caridad. Parecía amorosa madre de cada uno de los religiosos y muy especial de los enfermos. Era muy sincero, ayunaba las cinco cuaresmas de Nuestro Padre San Francisco con manjares viles. Carne ni pescado no comía, sino alguna vez compelido por la obediencia. La última cuaresma, decían los religiosos, que casi vivía de milagro, tal abstinencia guardó”.

Villacastín, en Segovia (www.nomadasocasinales.com)

 

Al menos, que sepamos, ocupó el cargo de prelado, donde de nuevo dio pruebas de su caridad, ya que se desveló porque los otros religiosos no tuvieran falta de todo lo necesario para ejercer su vocación. Siguiendo con su desprendimiento alimenticio, solía repartir su ración diaria y él se contentaba con ingerir pan y agua. También ejerció como guardián en el monasterio de Empudia, donde tuvo algunos problemas que él aceptó pues se sentía más a gusto en las tribulaciones que con una vida cómoda, y todo ello lo ofrecía en servicio de Dios. Terminó sus días en el convento de Villacastín (actual provincia de Segovia), fundado en 1598 y desamortizado en 1835. En la Semana Santa de 1608 aumentó más aún el rigor con el que vivía, comiendo lo justo y durmiendo aún menos. El Viernes Santo estuvo seis horas delante del Santísimo Sacramento (seguimos leyendo a fray Martín de San José), “sin menearse ni moverse” del lugar. Otro fraile que se acercó a él, confiesa que lo vio sudando, tal era el arrebatamiento casi místico en el que se hallaba. Con la salud tan quebrantada no es de extrañar que falleciera al día siguiente, Sábado Santo, 18 de abril.

Restos del antiguo cenobio franciscano en Villacastín (www.nomadasocasionales.com)

 

Se destaca que fray Bartolomé siempre fue muy devoto de la Virgen María y hay quien afirma que lo visitó en sus últimas horas de vida, lo que acrecentó su fama de santo. Su Orden lo recuerda como venerable. Del convento donde falleció tan solo quedan algunos restos. Mejor suerte tuvo el de clarisas, que sigue habitado a día de hoy.


FUENTES:

SAN ANTONIO, Fray Juan de; Franciscos descalzos en Castilla La Vieja. Chronica de la Santa Provincia de San Pablo. Salamanca, Imprenta de Santa Cruz, 1728.

SAN JOSÉ, Fray Martín de; Historia de las vidas y milagros de Nuestro Padre Jesús de Alcántara… Arévalo Imprenta de Jerónimo Murillo, 1644.

TERRONES ROBLES, Antonio; Vida, martirio, translación y milagros de San Eufrasio… Granada, Imprenta Real, 1657.