miércoles, 29 de diciembre de 2021

 

SATURNINO MONTOYA

 “FRESCURAS”

(finales del siglo XIX – principios del

 siglo XX)

 

En Revista Sol y Sombra, 27.03.1902

 

Novillero

 

Cerramos el año con un casi enigmático personaje de nuestro pueblo: alguien que hubo de ganarse el pan suyo de cada día en el ámbito de la tauromaquia, territorio siempre abonado para la exaltación más enfervorizada, pero también inclinado a la crítica cáustica por aquellos sus detractores. Saturnino Montoya, conocido como “Frescuras” en el mundillo del toreo en las postrimerías del siglo XIX, seguramente se vio impelido a empuñar capote y espada, como tantos otros en aquellos duros tiempos, más por necesidad vital que por amor desmedido hacia el arte de Cúchares, lo que no quita para que tuviera aspiraciones de enfrentarse en el ruedo ante temibles morlacos, algo que nunca ocurrió, al parecer, porque en las revistas acreditadas de la época siempre se refieren a él como novillero.


La primera referencia que tenemos de un evento taurino que contase con su presencia, tiene lugar en Jaén, el 18 de abril de 1897, en la corrida del Domingo de Resurrección, en un mano a mano con el novillero jienense Juan Nogales “Juanete”. Es, además, el primer documento escrito que atestigua su origen andujareño. Los novillos, por cierto, de la ganadería de Santiago Ortega.

 

En www.todocoleccion.net



 Otro festejo en el que hay constancia de su concurso, fue el celebrado en el coso de Linares, el 5 de noviembre de 1899: una corrida de cuatro novillos, al parecer, muy accidentada, ya que cuatro de los caballos que participaron, murieron. Hubo varias caídas y el otro espada fue Antonio Ortiz “Morito”. La ganadería, la de Genaro de la Parra, en tierras serranosegureñas.


Agonizando el siglo, más concretamente el 18 de noviembre de 1900, encontramos a nuestro paisano en Madrid, en lo que es su estreno en la capital de España. La novillada contó con otros cinco diestros: José Rodríguez “Tabardillo”, Mariano Ledesma (rejoneador), Tomás Mazzantini, “Suarito” y “Cocherito”. Las reses procedían de la ganadería de Mariano Arroyo y se trataba de un festejo benéfico, largamente aplazado, que intentaba ayudar al matador murciano Juan Ruiz Vargas “Lagartija” quien, en una infausta tarde de 1896, se clavó el estoque a ir a descabellar al morlaco en la plaza de Valladolid y quedó imposibilitado para seguir toreando. Según la crónica recogida en la prestigiosa revista Sol y Sombra, la lidia resultó un tanto patética, con algunos de estos novilleros masacrando a sus reses ante la falta de pericia en la suerte suprema, amén de que alguno de los animales saltó al callejón tratando de huir de sus torpes matarifes. No obstante, parece que la faena del andujareño fue bastante meritoria: “Frescuras, que por primera vez mataba en Madrid, estuvo valiente, cumplió regularmente con la muleta, y con el estoque demostró que no carece de habilidad, si tenemos en cuenta la emoción natural de que el muchacho estaba poseído. Esperamos a verle otra vez en mejores condiciones, para juzgar su trabajo”.


El mismo semanario recogía que el 30 de marzo de 1902, “Frescuras” y Antonio Navarro “Navarrito” (que aparece en la fotografía inferior) iban a inaugurar la temporada taurina en Granada enfrentándose a cuatro novillos de Romualdo Jiménez, de La Carolina. Por cierto, la afilada pluma del cronista deja constancia de lo deprimente que debía resultar para el aficionado granadino ver cómo se inauguraban los festejos anuales con una simple capea. 

Del blog Hombres, toros y caballos.

 

No obstante, un amable seguidor del blog, de nombre Ángel, nos aclara que "Frescuras " no participó en la corrida de ese día, ya que no aparece reseñado en en el anuncio ni en la crónica que publicaron tanto El Defensor de Granada como La Publicidad. Sí, en cambio, intervino en el festejo que se celebró el 13 de ese mismo mes de abril, junto a "Nuevo Gaviria", según afirman tanto El Defensor de Granada como Sol y sombra.

Quien también nos aporta más datos acerca de “Frescuras” es José Pérez de Vargas y del Río, en su impagable obrita Anécdotas de mi pueblo. El que fuera conde de la La Quintería dedica al novillero el capítulo X de un libro que siempre regocija leer por la deliciosa mescolanza de realidad histórica y cuadro costumbrista que el lector puede hallar en él. Ahí se nos cuenta que “Frescuras” comenzó como banderillero, y que formó parte de la cuadrilla de Manuel Fuentes “Bocanegra” cuando este toreó en la antigua plaza de toros andujareña, junto a la desaparecida iglesia de San Francisco, en lo que también fue mercado de abastos. Igualmente pudo codearse con Rafael Molina “Lagartijo” a quien, según parece, incluso superaba en la lidia de los astados, aunque al final estropeaba la faena al entrar a matar. En ese momento, el novillero no se iba derecho al animal, sino que se echaba hacia afuera y alargaba el brazo, lo que provocaba el desencanto del personal. De ahí, según Pérez de Vargas, que nunca fuera considerado apto para torear a morlacos de más enjundia. 

 

Antigua plaza de toros de Andújar


 

El autor recuerda a “Frescuras” en sus últimos años (lástima no poder aportar datos de nacimiento y fallecimiento) “alto, cimbreño, con el pelo blanco peinado con los clásicos tufos, sombrero ancho negro y negra vestimenta compuesta de chaquetilla corta, pantalón abotinado y faja de seda. Sus camisas eran blancas con chorreras, y nunca le vi usar corbata. Siempre paseaba con la majestad de un califa y hablaba sentenciosamente”. Por aquella época asistía a una tertulia taurina en Andújar, organizada por un pariente de don José Pérez de Vargas, pariente muy entendido en tauromaquia que le recriminó en cierta ocasión la falta de arrestos de “Frescuras” a la hora de ajusticiar al novillo, después de haber hecho una faena aceptable. El torero, con su hablar mesurado característico, le respondió en aquella ocasión diciendo que el culpable era “su duende”. Causó cierto desconcierto en el personal, que él aclaró hablando en estos términos: “Sí, señores, mi duende. Como ustedes deben saber, todos los toreros tenemos nuestro duende, que nos acompaña toda la corrida, y el mío, mientras lidiaba, ¡ná!; pero en cuanto montaba el estoque para entrar a matar, me empezaba a empujar en el lado derecho, y al arrancar, se venía conmigo, empujándome cada vez más, lo que me obligaba a echarme fuera y alargar el brazo, y… ¡así salía ello!, y al maldita alma nunca lo cogió el toro, ni a “Frescuras” tampoco”, terminaba diciendo don José.

Ahí queda la anécdota, plasmada también en artístico azulejo que podemos contemplar en los artísticos azulejos que decoran los maceteros de la parte inicial de la corredera Capuchinos, deliciosa muestra de la pericia del maestro Pedro Palenciano Ruiz:

 

Del Facebook de Lola Mata



FUENTES:


EL TÍO CARANDO, “Novillada en Madrid”, In Sol y Sombra, 193 (Madrid, 22 de noviembre de 1900), [página 7]

JUANERITO, “Estafeta taurina”, In Sol y Sombra, 269 (Madrid, 27 de marzo de 1902), [página 13].

PÉREZ DE VARGAS Y DEL RÍO, José; Anécdotas de mi pueblo. Andújar, Isalba, 2004; páginas 42-44.

VÁZQUEZ Y RODRÍGUEZ, Leopoldo; Agenda taurina. Madrid, Imprenta de Ambrosio Pérez, 1902; página 87.

andresmarinblogspot.com: “Ganaderías de toros bravos de Arroyo del Ojanco”, entrada de 20 de julio de 2019.

www.portaltaurino.net