CRISTO DE LA COLUMNA
DE SANTIAGO
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(Página web consejería Cultura Junta de Andalucía) |
Tal vez pueda resultar extraño que se inserte en este blog de biografías a una escultura, pero de la misma forma que hemos hecho con grupos sociales y empresas, es de justicia reseñar la importancia de esta talla de Jesús atado a la columna dentro del devenir de la ciudad: de un lado por su antigüedad y su valía artística; de otro, porque las actas capitulares dejan muy claro la gran devoción que despertó entre la ciudadanía en siglos pasados. No es menos cierto, también es verdad, que lo traemos a colación aprovechando el tiempo cuaresmal que justamente ha tenido uno de sus episodios más importantes en la celebración del tradicional Viacrucis de la Agrupación local de cofradías, teniendo este año como epicentro al Señor de la Columna de la extinta parroquia de Santiago, hoy venerado en Santa María La Mayor.
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(Autor del cartel: Jorge Cecilia) |
La imagen pertenece a ese Renacimiento inicial que conformó en Jaén un nutrido grupo de artistas, provenientes de tierras castellanas, italianas e incluso del norte de Europa: una escuela que ha sido estudiada, entre otros, por José Domínguez Cubero, que dató la talla en su momento como del primer tercio del siglo XVI, acusando “las influencias de la escultura giennense plateresca”. A ese ramillete de escultores, entalladores, arquitectos, pintores, etc. pertenecieron figuras tan notables como Gutierre Gierero, Felipe de Borgoña “Bigarny”, Jerónimo Quijano, Jacobo Torni “el Florentino”, Juan de Reolid, Diego de Siloé, etc., que con sus estilos propios marcarán este esplendor del Renacimiento jienense a lo largo de la centuria. Domínguez Cubero nos dejó también esta interesante descripción de la escultura: “De anatomía cuidada, enjuto, con musculatura alargada cubierta de perizoma ajustado y asido con gruesa soga, varias veces anudada a una columna que le sobrepasa en altura, se vincula tanto a la corriente italiana que difundió por Jaén Jacobo Florentino y Jerónimo Quijano, como a la tradición gotizante que se nota en el candente expresionismo del rostro”. Y añade, doliéndose una vez más, como hacemos algunos, de cómo las circunstancias históricas han propiciado que esas joyas del pasado hayan sido pasto de las llamas, la piqueta o la venta a escondidas: “Interesante pieza de valor ecléctico en consideración del patrimonio plateresco local y provincial”. Difícil es aseverar con rotundidad su autoría mientras no haya testimonio documental. No obstante, parece la balanza inclinarse hacia Jerónimo Quijano, según el propio investigador arjonero, y también por parte de Tomás de Jesús Porras, que considera más probable esta autoría al no ser Quijano tan perfeccionista en sus formas como, por ejemplo, Jacobo Florentino. De hecho, se constata cierta similitud en el rostro de nuestro “Amarrado” con la efigie del crucificado de la Esperanza, en la ciudad de Murcia. No obstante, quedamos expectantes al trabajo que en breve verá a la luz por parte de Tomás de Jesús.
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Estado de la talla antes de su restauración | |
La devoción que le profesó el pueblo de Andújar se patentiza en el hecho de que procesionaba en Cuaresma, en concreto en el Domingo de Pasión, contando con el apoyo del cabildo que en 1651 cede para el cortejo el palio y guión de la ciudad, según recoge Torres Laguna. A su vez, fue recurrente realizarle rogativas públicas por los más variados motivos. Tanto el citado Torres Laguna como Jesús Palomino recogen algunas de estas peticiones: en 1652 es trasladado a Santa María para implorar lluvia que riegue los sedientos campos. Allí estará varios días, finalizando los cultos con una procesión en la que debían participar todos los caballeros capitulares. En 1675 hay constancia de un octavario celebrado en su honor, también en Santa María. Dos años después, se pide su protección para evitar que la peste iniciada en Cartagena llegue a la ciudad. Nuevas peticiones públicas aparecen registradas en las actas capitulares en 1706, 1723, 1730 y en 1757 cuando es trasladado a la ermita de Dulce Jesús, para que frenase el avance de la langosta o en 1771, con motivo de un alumbramiento real.
El 22 de abril 1674 se crea una cofradía cuaresmal, por parte del presbítero Bartolomé Berdejo y Cabrero, a la que perteneció lo más granado de la nobleza local y el clero. En esos momentos ocupaba una hornacina en un retablo, según recoge el pintor Antonio Palomino en sendos grabados. Curiosamente, al ser pensado para estar en dicho retablo la imagen no está culminada en su parte posterior. En 1733 pasó al lujoso camarín y capilla barrocos, cuyo testero poseía un bellísimo retablo, salido a buen seguro, del buen hacer de la familia Primo.
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(Del portfolio fotográfico de España) |
En la biblioteca general universitaria de Granada se conserva el sermón que pronunciara el jesuita Pedro de Monsalve el día de la fiesta mayor de esta hermandad, el 1 de mayo de 1726: Enigma sagrado, oculto en penas y descubierto en glorias de Jesucristo a la Columna, en el doloroso misterio de sus azotes que en la solemne fiesta, que anualmente le celebra su Ilustre Hermandad de Señores Sacerdotes y Cavalleros seculares, sita en la parroquia del Apóstol Santiago el Mayor de la Ciudad de Andújar dixo el M.R.P.M. Pedro de Monsalve. Queda claro que la imagen era custodiada por la más selecto de la edilicia local cuando descubrimos en la portada el nombre del hermano mayor de ese año: don Pedro Estanislao de Quero y Valenzuela, marqués de la Merced.
De nuevo hemos de citar a Tomás de Jesús, el cual informa que en 1819 vuelve a ser procesionado, junto con la Virgen de la Concepción de San Francisco, para alejar la peste de la ciudad. Si avanzamos en el siglo XIX podemos concluir que ahí se produciría el declive de su cofradía y del culto a la talla: en parte por las agitaciones sociales que se van a producir, el creciente positivismo y la supresión de Santiago como parroquia en 1843. No obstante, las páginas del semanario El Guadalquivir recogen que en 1928 se celebró quinario en su honor, culminado con un solemne miserere. En la Guerra Civil la imagen se salva de la destrucción, al igual que otras obras de arte del templo, como el retablo, hoy en paradero desconocido. A principios de la década de los setenta del siglo pasado se cierra al culto definitivamente y tan solo es contemplado por los hermanos de Jesús de la Paciencia que guardaban allí el paso de su Cristo. Serán por cierto estos cofrades los que salven esta joya del patrimonio local al trasladarla desde Santiago a Santa María cuando perciben que los ladrones han entrado en el recinto, se han llevado algunos cuadros y tienen otros descolgados para llevárselos en otro momento. También salvarán del expolio el grupo escultórico de Santa Ana, la Virgen y el Niño, la Dolorosa, una pequeña imagen de la Virgen, etc.
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Fotografía de principios del siglo XX |
Fue restaurada por José Luis Ojeda en 1996, bajo los auspicios de la Junta de Andalucía y repuesta para el culto después de pasar unos años en la sacristía de la parroquia. El empeño de algunos cofrades de la Esperanza y la Paciencia, sobre todo Óscar Menéndez-Quintana y Antonio Manuel Aceituno ha traído como consecuencia que presidiera el ejercicio del Santo Viacrucis en la iglesia de San Miguel, adonde fue portada en andas para regresar de nuevo a su templo el viernes 7 de marzo de este año, lo que supone un acontecimiento histórico y devocional, ya que, hasta que no se demuestre lo contrario, llevaba sin procesionar unos dos siglos. El acto ha tenido su repercusión local, provincial e incluso más allá de tierras jienenses se han hecho eco de esta noticia, lo que debería suponer, por otro lado, la recuperación de la iglesia de Santiago para la ciudadanía, tras estar cerrada y velados sus encantos arquitectónicos durante ya demasiadas décadas. El reciente acuerdo firmado entre el consistorio municipal y el Obispado de Jaén parece vislumbrar esa oportunidad de manera ilusionante.
FUENTES:
DOMÍNGUEZ CUBERO, José; “Aspectos del plateresco giennense. El entallador Gutierre Gyerero”, BIEG, 115 (1983) pp 65 – 99.
DOMÍNGUEZ CUBERO, José; “Andújar, un foco de estética renacentista en el Reino de Jaén”, BIEG, 182 (julio-diciembre 2002) pp. 9 – 42.
DOMÍNGUEZ CUBERO, José; “Imaginería pasionista en Andújar”. En Andújar, ciudad de Semana Santa. Andújar, Ayuntamiento-Diputación provincial, 2008; pp. 5-17.
FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, José Alberto; “Jerónimo Quijano y el crucificado renacentista en Murcia”. Tabularium, 11, vol. 1 (2024) pp. 111-141.
MORENO ALMENARA, Maudilio; “Cofradía del Cristo de la Columna de Santiago de Andújar”. Blog Andújar de Vera Cruz, miércoles 25 de febrero de 2015.
PALOMINO LEÓN, Jesús; Ermitas, Capillas y Oratorios de Andújar y su término. Jaén, IEG, 2003.
PORRAS, Tomás de Jesús; Facebook Historia de Andújar, 02.10.2021.
TORRES LAGUNA, Carlos de; Andújar a través de sus actas capitulares (1600-1850). Jaén IEG, 1981.