PEDRO DE VILLARREAL
(1543 – 1619)
Obispo
Entre los muchos
andujareños que cruzaron la amplia mar océana para ir en busca de
gloria y riquezas, o como es el caso de nuestro biografiado, para
ocuparse de los asuntos espirituales, está Pedro de Villarreal,
eclesiástico, que llegó a ser obispo y que protagonizó, como
veremos más adelante, un curioso aunque peligroso enfrentamiento con
cierto gobernador, en un episodio reiterado de tiras y aflojas entre
el poder religioso y el civil.
Nació en Andújar sobre
1543 (aunque el Diccionario Biográfico Español sitúa su
nacimiento en 1550). Estudió Teología gracias a la ayuda de su
cuñado, el maestro de rejería Alonso de Morales, casado con María
de Villarreal. Marchó a América con los hijos de su protector, sus
sobrinos Pedro y Agustín. El primero llegó a ocupar importantes
cargos civiles y el segundo se convertiría en fiel colaborador de su
tío.
La antigua diócesis de Nicaragua (Wikipedia) |
La primera encomienda de
don Pedro va a ser visitar las parroquias del arzobispado de Granada,
dentro de la provincia administrativa de Nicaragua. El 22 de octubre
de 1603 el papa Clemente VIII nombra a nuestro paisano obispo de León
de Nicaragua, sede que llevaba tiempo vacante, siendo consagrado en
Granada por el arzobispo Pedro de Castro el 31 de enero del año
siguiente, antes de partir a su destino. En cuanto llegó, el cabildo
de Guatemala, animado por Villarreal, solicitó que la diócesis
fuera elevada a archidiócesis, añadiéndole las diócesis de
Chiapas y de Comayagua, además de la propia de Nicaragua, que pasó
de depender del arzobispo de Sevilla al de Lima aquel mismo año.
Vista aérea parcial de la ciudad de Cartago (www.agoda.com) |
Realizó la primera
visita pastoral al territorio de Costa Rica entre enero de 1608 y
enero de 1609 (primera de un obispo a la zona), con el objetivo
prioritario de confirmar a unos mil creyentes. De ahí se trajo al
joven Baltasar de Grado, el primero de aquella provincia que fue
ordenado sacerdote. En el transcurso de esta visita se produjo el
famoso enfrentamiento con el gobernador Juan de Ocón y Trillo, por
el lugar que este debía ocupar en la iglesia mayor de la ciudad de
Cartago, que vivió atónita esta pugna entre Villarreal y el
gobernador. La verdad sea dicha, este gobernador gozaba de fama de
déspota y corrupto, de tal manera que tiempo después la Corona lo
castigaría por sus desmanes. Además, el patriciado cartaginés se
hallaba dividido: unos lo criticaban por su gestión y otros lo
apoyaban. En este estado de cosas aparece en escena el obispo, que
también acarreaba fama de ser muy puntilloso en cuestiones de
protocolo. El inicio del litigio se produjo en la primera misa que
celebró don Pedro, cuando requirió al gobernador que se bajase del
presbiterio, ya que no debía ocupar lugar alguno de preeminencia
allí. A partir de este desaire tuvieron lugar durante todo el año
que estuvo Villarreal de visita pastoral, varios desencuentros
mutuos, amenazas veladas y no tan ocultas (con duelos, espada en
mano, incluidos), denuncias por parte del gobernador ante la
Audiencia, etc. Todo ello está profusamente detallado por el
historiador Ricardo Fernández en su obra Crónicas coloniales de
Costa Rica. Ahí podemos leer cómo el enconamiento del
gobernador venía dado, sobre todo, por el carácter plebeyo del
obispo. Tras leer aquellos acontecimientos, queda claro que el obispo
supo mantenerse en su sitio, y en más de una ocasión, el
gobernador, el cual no hacía caso de sus indicaciones, provocaba que
el andujareño se volviese a la sacristía y se quedaba la feligresía
sin oír misa. También es evidente que supo sacar de sus casillas a
alguien acostumbrado a ser respetado por todos, de grado o por la
fuerza: “A este obispito de Andújar (dijo en cierta ocasión) yo
le haré quitar el obispado y lo tengo de embarcar en Suerre o en
Talamanca, y yo propio lo tengo de llevar porque vaya más regalado y
no se piense volver”.
Catedral de León, en Nicaragua (Wikipedia. Fotografía de Brassmaster) |
De vuelta a León le
tocó vivir un momento trágico con el terremoto y la erupción de un
volcán en 1610. Las autoridades decidieron abandonar el lugar, que a
partir de entonces se conocería como León Viejo o León de Imabite,
a un nuevo emplazamiento. El 11 de enero de 1611 Pedro de Villarreal
autorizó el traslado a la nueva población, germen del actual León.
Su decisión más trascendental fue levantar una nueva catedral, la
tercera en una zona con importante actividad tectónica. No sería la
definitiva, ya que esta llegaría, en un sexto proyecto, en el siglo
XVIII,en lo que es la actual Real Basílica Catedral de la Asunción,
uno de los templos más grandiosos de Hispanoamérica.
Habiendo sido promovido
al obispado de Guatemala, antes de ocuparlo, falleció en Posta de
Masaya. Sus restos fueron sepultados en Granada (Nicaragua).
FUENTES:
BLANCO SEGURA, Ricardo.
“Pedro de Villarreal” In dbe.rah.es (Diccionario Biográfico
español)
FERNÁNDEZ GUARDIA,
Ricardo; Crónicas coloniales de Costa Rica. San José,
Editorial Universidad Estatal a Distancia, 2006.
SANABRIA, Monseñor
Víctor Manuel; Estudios historiográficos. San José,
Editorial Universidad Estatal a Distancia, 2006.
TORIBIO GARCÍA, Manuel;
“Los Villarreal, una familia de andujareños en la Nicaragua del
siglo XVII”, Estudios de historia de Andújar. Andújar,
Ayuntamiento, 1984; pp. 89-95.
VELÁZQUEZ BONILLA,
Carmela; “La diócesis de Nicaragua y Costa Rica: su conformación
y sus conflictos, 1531-1850”, Revista Historia, 49-50,
enero-diciembre 2004, pp. 245-286.
www.es.wikipedia.org
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