sábado, 23 de febrero de 2019

JULIÁN PÉREZ DE VALENZUELA 
Y LÓPEZ

(1526 o 1530 – 1578)


Conquistador

El linaje andujareño de los Valenzuela parece no tener fin. Junto a la figura enorme de Francisco Pérez de Valenzuela, del que trataremos en otro momento, está su hermano Julián, menos conocido, aunque también tuviera su mención en dos importantes obras literarias que mencionaremos más abajo. Ambos Valenzuelas contribuyeron, y no poco, al fortalecimiento de lo que vino en llamarse Reino de Chile, cuyo principal impulsor fue Pedro de Valdivia.

Pedro de Valdivia, conquistador de Chile
(www.wikipedia.es)


Su año de nacimiento oscila entre 1526 y 1530. Fue hijo de Alonso Pérez de Valenzuela y Juana López. La primera noticia que de él tenemos es ya en tierras americanas, cuando contrae matrimonio en Lima con Gracia Díaz de Acevedo, hija de D. Andrés Díaz de Acevedo, gentilhombre de lanzas del virrey del Perú. De esta unión nacerían dos hijos: Alonso e Inés.

(De www.geneanet.net)


Vemos a nuestro militar participar en la batalla de Andalién (1550), en cuyo sitio se edificaría posteriormente la ciudad de Concepción. En uno de los fuertes que se edificaron para defender la incipiente población, el de Penco, tuvo lugar un hecho de armas en el que Julián se destacó por su defensa denodada frente a los indios mapuches.

Portada de La Araucana
(www.cervantesvirtual.com)


Alonso de Ercilla y Zúñiga en su famoso poema épico La Araucana (1569), y más concretamente en su canto XIX, elogia el arrojo de nuestro Valenzuela en la defensa de dicho fuerte:

Fue allí el primero que empezó el asalto
el presto Fenistón anticipado,
dando un ligero y no pensado salto
con el cual descargó un bastón pesado;
mas Valenzuela, la rodela en alto,
a dos manos el golpe ha reparado,
dejándole atronado de manera
como si encima un monte le cayera.

Bajó la ancha rodela a la cabeza
(tanto fue el golpe recio y desmedido),
y el transportado joven una pieza
fue rodando de manos, aturdido;
mas luego, aunque atronado, se endereza,
y volviendo del todo en su sentido,
pudo al través hurtándose de un salto,
huir la maza que calaba de alto.

Entró el leño por tierra un gran pedazo
con el gran peso y fuerza que traía,
que visto Valenzuela el embarazo
del bárbaro, y el tiempo que él tenía,
metiendo con presteza el pie y el brazo
el pecho con la espada le cosía,
y al sacar la caliente y roja espada
le llevó de revés media quijada.

El araucano ya con desatino
le echó los brazos sin saber por donde,
mas el joven, tentando otro camino,
arrancada la daga, le responde;
que con la priesa y fuerza que convino
tres veces en el cuerpo se la esconde,
haciéndole estender, ya casi helados,
                                                  los pies y fuertes brazos añudados.



Portada del Arauco Domado
(www.brown.edu)


El mismo hecho es relatado por Pedro de Oña en su Arauco Domado (1596), aunque sin entrar en tantos detalles:

Este era Fenistón, mozo valiente,
criado en la marcial y dura escuela,
muerto por verse dentro de la tela
con otro no de menos yerta frente:
más viérase con él difícilmente,
si al peligroso encuentro, Valenzuela,
señor de la destreza y de un navío,
no le saliera igual en gana y brío.

Trabóse entre él y el bárbaro membrudo
una mortal durísima batalla,
mas ni me dan espacio de contalla,
ni cuento cada cosa por menudo:
solo diré que el nuestro tanto pudo,
que a vista del ejército y muralla
dio con el indio muerto en el arena,
y luego a los demás la mano llena.

Julián de Valenzuela murió en tierras chilenas en el año 1578.


FUENTES:

VALENZUELA MATTE, Régulo; “Pérez de Valenzuela. Un linaje giennense en la conquista y poblamiento del Nuevo Mundo”, Elucidiario, 2 (septiembre 2006), 229-238.