jueves, 27 de septiembre de 2012

JUAN ÁLVAREZ SERRANO
(? - 1651)



Oidor de la Audiencia de México

No sólo ha dado Andújar destacados artistas, valientes soldados, abnegados religiosos y mártires -que podíamos decir, emulando las biografías de antaño-, sino que también la jurisprudencia ha tentado a alguno de nuestros paisanos. Tal es el caso de Juan Álvarez Serrano, noble por los cuatro costados, que llegó a ser oidor de la Audiencia de México.

Se educó en Sevilla, en el colegio de Santa María de Jesús, y allí debió contraer matrimonio con doña Juana Bernaldo de Quirós. De este matrimonio nacieron dos hijos: Fernando y Luisa. Marchó a México donde, además del cargo antes citado, fue benefactor del Hospital de San Lázaro. Durante los últimos años de su vida se vio apartado de la justicia por motivos de salud.

Fachada de la antigua Audiencia de México

A pesar de la distancia, mantuvo siempre una gran devoción por la Virgen de la Cabeza, devoción que alcanzaba entonces su plenitud, desbordando la fama de su culto y fiesta romera los límites peninsulares. Sobre esto nos informa con amplitud Antonio García Abasolo en un artículo aparecido en la revista Códice, del que hemos extraído los datos que siguen. Donó a la Virgen de la Cabeza un negrito llamado Hipólito y una corona de oro y piedras, recaudando además dinero para fomentar la devoción entre los jienenses del virreinato. Esa limosna tenía como destino el convento del Carmen de Andújar, y con ello pretendía Juan Álvarez que los frailes compraran terrenos colindantes del Santuario para servicio de este. Otra donación iba destinada a la capilla familiar de San Pedro, en Santa María La Mayor: un lignum crucis y una reliquia de San Bartolomé, según consta en su testamento.

Capilla de San Pedro en Santa María La Mayor

Algunos documentos de la época nos informan de algunas de las actuaciones de don Juan: en 1627 tuvo un papel activo como consejero del virrey en las graves inundaciones que asolaron la ciudad de México; en 1633 redacta un informe destinado al rey, respecto de la conquista de California. De una década anterior son los Autos y declaraciones que por cédula real recibió el Sr. Licenciado don Juan de Álvarez Serrano, oidor de esta real audiencia de México sobre el descubrimiento de las Californias. En 1639 ha de intervenir en el Capítulo de los Mercedarios, ante un grave problema suscitado en el seno de dicha comunidad conventual mexicana.

Fue también patrono del convento de Nuestra Señora de la Merced de México, hermano de la Sagrada Congregación Eclesiástica del Señor San Pedro, y estuvo relacionado con la Cofradía del Santísimo Sacramento de Andújar.

Ciudad de México en el siglo XVII (www.ciudadanosenred.com)

Antonio Terrones Robles tiene un espacio para él en su Vida, martirio, translación y milagros de San Eufrasio... (1657). En el capítulo dedicado a «los varones señalados en armas, y letras, que ha tenido en todos tiempos la ciudad de Andujar», expone lo más significativo de su paisano: «Don Iuan de Alvarez Serrano, Colegial del Colegio mayor de Seuilla, y Catedratico de Prima, y Oydor en Mexico, de la casa y familia de Alvarez, que está y permanece en la villa de Menvibre, tierra del Vierzo, y Reyno de Leon» (fol. 219v).

Se puede apuntar como año de fallecimiento 1651, a tenor de cierto documento conservado en el Archivo de Indias donde, además, se consigna que es dueño de dos capellanías en la parroquia de Santa María de Andújar.




FUENTES:

ALVARADO MORALES, Manuel; “El cabildo y regimiento de la ciudad de México en el siglo XVII. Un ejemplo de oligarquía criolla”, Historia Mexicana. Vol. 28, No. 4 (Abr. - Jun., 1979), pp. 489-514.

GARCÍA ABASOLO, Antonio; “Gentes del Reino de Jaén en el Nuevo Mundo”, Códice, 4, (1989), pp. 29-39.

SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis; Historia General de España y América: América en el Siglo XVII, Volumen 9. Madrid, Rialp, 1990.

TERRONES ROBLES, Antonio; Vida, martirio, translación y milagros de San Eufrasio. [Jaén, Diputación, 1996. Facsímil].




miércoles, 12 de septiembre de 2012

SOR MARÍA TERESA ORTI Y MUÑOZ
(1855 – 1925)

De www.religiosasmariainmaculada.org



Religiosa.

Durante el siglo XIX fueron muchas personas las que intentaron remediar, en lo posible, los nuevos problemas sociales que surgían de fenómenos como la emigración del campo a la ciudad. De esta forma, en las grandes urbes nacieron colectivos, de índole religioso o sindicalista, que auxiliaban, por ejemplo, en la búsqueda de trabajo para aquellos que acababan de llegar, preñados de ilusiones, a Madrid, Barcelona o Bilbao, por poner tres ejemplos. La mujer que hoy ocupa nuestro blog formó parte de un interesante proyecto, vinculado a la ayuda que se prestaba a la chica de pueblo que marchaba a la capital para trabajar como criada. Hay que remontarse a 1853: en ese año, un devoto matrimonio, preocupado por el desamparo en el que se encontraban esas futuras “chachas”, decide crear un obra de beneficencia. Alojaban en pisos de Madrid a esas muchachas, les indicaban por dónde debían comenzar sus pesquisas laborales, las auxiliaban económicamente, e incluso las enseñaban a leer y escribir. Con el tiempo, esta labor fue continuada por la sobrina del matrimonio fundador, que le dio un carácter más religioso, instaurando la Congregación de las Religiosas de María Inmaculada (también conocida como “las religiosas del Servicio Doméstico”) el once de junio de 1876, recibiendo la aprobación definitiva en 1899. Fue Vicenta María López y Vicuña (22.03.1847 – 26.12.1890) dicha fundadora, pero quien le dio el empuje definitivo fue su segunda superiora general: la andujareña María Teresa Orti y Muñoz. 

De historiarmi.blogspot.com.es

Nuestra biografiada nació en Andújar un ocho de julio de 1855. Desconocemos cómo entró en contacto con la labor asistencial de Vicenta María, pero la encontramos junto a la santa fundadora (fue canonizada por Pablo VI en 1975) desde el primer momento. De hecho, fue una de las dos primeras directoras que tuvieron las casas de acogida. El 31 de julio de 1890 realizó sus votos perpetuos, y ese mismo año fue nombrada vicaria.

Tras la muerte de la fundadora, se hace necesario nombrar nueva superiora general. Nuestra Sor María Teresa contó con el apoyo de toda la comunidad pues, a la par que tenía gran experiencia, se la consideraba como la natural sucesora de Sor Vicenta. Así, pues, se convirtió en superiora de la Orden un 22 de julio de 1893, y lo sería hasta su fallecimiento en Madrid, el 23 de marzo de 1925.

Sus biógrafos apuntan que Orti y Muñoz fue realmente quien inició la expansión de las Hijas de María Inmaculada. Cabe decir que cuando tomó las riendas de la congregación había tan solo cinco casas de acogida, y que en poco tiempo se alcanzaría la cifra de 29; de la misma forma que se multiplicaría de forma extraordinaria el número de religiosas, llegando pronto a quinientas. Durante su mandato se abrieron casas en Valladolid, Granada, Toledo, Málaga, Valencia, Madrid, Vitoria, Córdoba, Almería, Oviedo, Logroño, Pamplona, Ciudad Real, San Sebastián y Estella. Además, cumplió con el deseo de Sor Vicenta de expandir la Orden por Hispanoamérica. La primera casa de aquellas tierras sería la de Buenos Aires (1912). También estableció casa en Roma, como el resto de órdenes religiosas.

Los testimonios que nos han llegado nos hablan de una entrega absoluta a esta labor de apostolado social, de su corazón maternal, de la preocupación por cada una de sus hermanas, de su espíritu de pobreza y humildad.

Enterramiento de Sor Mª. Teresa, en Madrid (historiarmi.blogspot.com.es)

La biografía de la santa Vicenta María López se debe también a nuestra Sor Teresa, y fue publicada en Barcelona, en 1918, con el título de Vida de la Reverenda Madre Vicenta María López y Vicuña, Angelical Fundadora del Instituto de María Inmaculada para el Servicio Doméstico.

En junio de 1900 su salud se quebrantó tan gravemente que le fue administrado el Viático, pero afortunadamente superó ese trance y aún pudo vivir varios años más engrandeciendo a su Orden. Su cuerpo fue enterrado en principio en el cementerio de Madrid, pero en diciembre de 1951 fue trasladado, junto a los restos de la tía de la fundadora, a la casa madre, en el número 99 de la calle Fuencarral. Asistieron al traslado, entre otras, dos de sus sobrinas, también religiosas de la misma Orden: María de la Luz y Mª. Angelina Orti Belmonte.


FUENTES:

BONET SALAMANCA, Antonio; “La Congregación de las Hijas de María Inmaculada y su fundación logroñesa”,

Revista Don Lope de Sosa, (1925), pág. 128. Necrológica (Donde se le da el nombre de Jesusa).