Joyas bibliográficas de Andújar (XVI): Andújar a través de sus actas capitulares (1600-1850), de Carlos de Torres Laguna.
Culminamos con esta entrega el escaneo de los cinco libros que dedicó el ilustre investigador arjonero, afincado en Andújar, y que intentaba repasar lo más granado de su ciudad de acogida: una pentalogía, si se nos permite la expresión, que englobó bajo el título general y muy significativo de "Historia de la Ciudad de Andújar y de su Patrona la Virgen de la Cabeza".
En realidad este último volumen vio la luz diez años después del fallecimiento de Torres Laguna, como homenaje del Instituto de Estudios Giennenses a uno de sus más destacados miembros y auspiciado por su hijo, el doctor José Carlos de Torres Martínez, a quien ya dedicamos una entrada en este blog. Podemos anunciar, de paso, que la primera referencia biográfica del próximo curso (el léxico profesional me traiciona) será para don Carlos de Torres Laguna.
Mientras tanto, disfruten de este ímprobo esfuerzo de recopilación de lo más granado de las actas de las sesiones que nuestro cabildo celebró a lo largo de 250 años, donde se puede palpar a la perfección el día a día de nuestros antepasados.
El
pasado 6 de marzo tuvo lugar la presentación de una edición
facsímil del Panegírico historial de Nuestra Señora de la
Cabeza de Sierra Morena, obra publicada en Madrid, en la imprenta
de Julián de Paredes, en 1677, y debida a la pluma de Manuel Salcedo
Olid. El ejemplar original llegó a manos de la institución
municipal el año pasado y ha pasado a formar parte de los fondos de
la biblioteca “Alcalá Venceslada”, a la vez que cualquiera puede
consultarlo accediendo a la web de la concejalía de cultura del
Ayuntamiento. Ya en 1994 la asociación de cronistas andaluces, el
centro de estudios marianos que lleva el nombre del propio autor y la
peña “El Madroño” dieron a la luz otra edición de esta joya
del patrimonio histórico local.
Portada facsímil de 2025
¿Quién
fue Manuel Salcedo Olid? Nuestro biografiado de este caluroso mes de
mayo fue un personaje importante en la Andújar del siglo XVII:
alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición, caballero
capitular del Cabildo y diputado de la Cofradía de la Virgen de la
Cabeza. Vino al mundo en fecha aún desconocida para la
historiografía local, fruto del matrimonio entre Juan Salcedo
Notario y Jerónima del Villar. Casó con María Cacho de Quero,
sobrina de Juan Cacho de Santillana y Mincoya, fundador del patronato
de la casa cuna de la ciudad. Según se desprende de su testamento
(descubierto por Jesús A. Palomino León) murió sin descendencia el
30 de septiembre de 1668, siendo enterrado al día siguiente en la
capilla que poseía en el desaparecido convento de la Trinidad:
concretamente la dedicada a Santa Catalina y Santa Inés.
Portada facsímil de 1994
La
actividad municipal de Salcedo se atestigua consultando las actas
capitulares, gracias a los extractos que en su momento hiciera Torres
Laguna. Así nos lo encontramos ya en una reunión del cabildo el 14
de marzo de 1650 junto con Terrones Robles, el otro gran historiador
durante la Edad Moderna en Andújar. Al igual que a este, a Salcedo
Olid se le encomiendan funciones en las altas instancias, como lograr
en 1665 que la ciudad pagara un donativo menor para la guerra en
Portugal, algo que no pudo conseguir. En representación del
Ayuntamiento, conseguirá ser nombrado alcalde por la vara de la
cofradía de los hijosdalgos por la parroquia de San Miguel en 1663.
En 1667 ya desaparecen las referencias a él en las actas, quizás
por su avanzada edad y/o por una enfermedad grave.
Dedicatoria al obispo de Jaén
No
se le ha escapado al atento lector que la obra con la que hemos
abierto esta reseña se publicó tras la muerte del autor, quizás
por no encontrarse hasta entonces financiación para la misma o
porque tal vez pensaba Salcedo Olid culminarla cuando llegó el final
de su vida de manera abrupta. Lo curioso del asunto es que, en
realidad, lo que tenemos en 1677 son dos ediciones, idénticas y
ambas realizadas en la imprenta madrileña, pero dedicadas a dos
personas diferentes: el obispo de Jaén, Antonio Fernández del Campo
y Angulo, y el prioste de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de
Andújar, Fernando Antonio de Quero Escabias, caballero de la Orden
de Santiago y caballero veinticuatro de la ciudad. Este Fernando de
Quero aparece representado en el famoso cuadro que de la romería
pintara Bernardo Asturiano, conservado en el museo del santuario.
Además fue familiar de la esposa de Salcedo Olid lo que puede
explicar que esté dedicado a él y que quizás él mismo costeara la
edición máxime cuando había interés en la época para que el
manuscrito no se perdiera.
Retrato del obispo Angulo (iaph.es)
El
Panegírico es la primera obra dedicada íntegramente a la
Virgen de la Cabeza, su aparición, historia y afamada romería, en
un momento en que constituía una de las expresiones de devoción
popular con más arraigo en España. Junto con el compendio que
realiza Antonio Terrones Robles acerca de San Eufrasio como
responsable de la llegada del Cristianismo a estos lares, y publicada
veinte años antes, son las piedras angulares de la historiografía
clásica de la ciudad. La influencia de ambas obras en los eruditos
posteriores es innegable. De hecho, el libro de Salcedo fue la base
de la Breve noticia del principio y sucesos de la Virgen de la
Cabeza de Sierra Morena, compendiada del Panegírico historial que
escribió y dio a la luz pública don Manuel Salcedo Olid,
publicada en México en 1843, en la editorial de Luis Abadiano
Valdés. En esta obrita se condensa de manera extrema todo lo narrado
por el andujareño y se concluye con una novena, lo que indica la
universalidad de la devoción a la Morenita. Por supuesto que la obra está lejos de la profunda
investigación histórica que prevalece en la actualidad y ya en la
revista Don Lope de Sosa, en 1918, recogían las palabras del padre
Ángel V. Alonso sobre el Panegírico: “Gran parte de las noticias
de esta santa imagen están tomadas de los falsos cronicones, defecto
lamentable que se observa en casi todos los escritos históricos de
esta provincia en el siglo XVII, y que conviene advertir, porque
todavía en libros muy modernos se citan como buenas fuentes los
malhadados cronicones”. No obstante, el propio vocablo “panegírico”
nos remite no a la profundidad científica sino al elogio subjetivo,
entonces y ahora.
Librito publicado en México en el siglo XVIII
Escribió
también nuestro paisano el Epílogo de la solemnísima y muy
festiva translación de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la
Cabeza desde su prodigioso santuario de Sierra Morena a la iglesia
mayor de la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Andújar, para que la
preserve del contagio con que Dios Nuestro Señor aflije esta
Andalucía, que se dio a la imprenta en Jaén, en 1650. En este
caso la dedica a D. Luis de Piédrola Serrano y Barrera, diputado de
la Cofradía. Si en el Panegírico nos aparece el Salcedo Olid
historiador, aquí muestra su sensibilidad literaria seleccionando
una serie de piezas líricas de gran encanto, como unas quintillas
que narran la aparición de la Virgen y que, según expresa nuestro
biografiado, pudieran ser las más inmediatas a este hecho. Para José Carlos de Torres el poema quizás se podría fechar en el siglo XV y
sería el texto literario más antiguo conservado que narra la
leyenda. Del propio autor se incluye una canción que abre todo el
poemario. Fue publicado en facsímil en 1995. Según Torres Laguna también escribió una Historia de Andújar y de sus santos, manuscrito que poseyó en su momento el marqués de la Merced y que desapareció sin poder haberse imprimido.
Facsímil del Epílogo
El
nomenclátor del callejero de Andújar, donde abundan denominaciones
que nada tienen que ver con el devenir histórico y la realidad
andujareñas, en este caso rinde tributo a uno de sus hijos insignes
y le otorga el honor de darle nombre a la vía de salida de la ciudad
hacia el camino viejo de herradura, en pos del cerro de la Cabeza.
Grabado interior del Panegírico
FUENTES:
CURIOSA, “Una curiosa historia de la Virgen de la
Cabeza”, Don Lope de Sosa, 64 (abril 1918) p. 104.
FUENTES
CHAMOCHO, Francisco; “Salcedo Olid, primer historiador de la Virgen
de la Cabeza”, In edición Panegírico... realizada en
Baena, Academia de cronistas de ciudades de Andalucía, el Centro de
estudios marianos sobre Sierra Morena “Historiador Salcedo Olid”
y la peña romera “El Madroño”, 1994.
GÓMEZ
MARTÍNEZ, Enrique; “Salcedo Olid y su panegírico
historial de Nuestra Señora de la Cabeza”, Diario Jaén Luz de
Morenita, 25.04.2025, pp. 30-31.
TORRES
LAGUNA, Carlos de; Andújar cristiana. Andújar, el autor,
1956.
TORRES
LAGUNA, Carlos de; Andújar a través de sus actas capitulares
(1600-1850). Andújar, IEG-Diputación provincial, 1981
TORRES
MARTÍNEZ, José Carlos de; “D. Manuel Salcedo Olid, escritor de
Nuestra Señora de la Cabeza de Sierra Morena”, BIEG, 153
(1994) pp. 111-120.
jueves, 24 de abril de 2025
LOS ROMÁNTICOS
Grupo musical
(Facebook Fotos antiguas de Andújar)
En
plena efervescencia romera recordamos a este cuarteto musical que
hizo las delicias de los devotos de la Virgen de la Cabeza hace ya
unas décadas; aunque sus canciones, resistiendo los cambios en
gustos y modas, se siguen escuchando de cuando en cuando sobre todo
en la varias veces centenaria cita abrileña.
El
grupo aparece a finales de la década de los cincuenta y su estilo
entronca con lo que vino en denominarse “músico-vocal”, que aúna
calidad tanto en las voces, de tono suave y romántico (de ahí su
nombre) como de los instrumentos. Lo conformaron Pablo Alcalde
(guitarrista y compositor de muchas de las canciones), Alfonso
Fuentes (laúd), José Colino (maracas) y Pedro Rodríguez
(pandereta, palillos). Como curiosidad hay que indicar que el nombre
inicial iba a ser “Los ruiseñores de Sierra Morena”.
De
Pablo Alcalde ya hablamos en este blog: compositor, poeta, persona de
gran sensibilidad artística que comunicó su amor por la música a
varias generaciones de andujareños. En cuanto a Alfonso Fuentes, hay
que decir que formó parte del denominado “Cuarteto Iliturgitano”
en la década de los cuarenta, igualmente como intérprete de laúd.
Su hijo, Francisco Fuentes Chamocho, gran conocedor de la vertiente
musical de Andújar, ha atesorado durante años multitud de
grabaciones, en especial de temas romeros, que han dado su fruto,
tanto en los artículos que estamos consultando para escribir este
apunte biográfico como en el recientemente presentado Catálogo
musical dedicado a la Virgen de la Cabeza y a la ciudad de Andújar,
junto a Ramón Utrera Cardeñas.
(Diario Ideal Jaén, 22.04.1994)
El
cuarteto estuvo presente en cuantos actos benéficos se celebraron en
Andújar en aquella época. Actuaron en varios actos y recitales
provinciales, llevando además su arte a varios hogares a través de
la radiodifusión: Radio Linares, Radio Jaén, Radio Andorra y La Voz
de Madrid (siendo presentados en este último caso por el recordado
Boby Deglané). Firmaron con la casa discográfica Hispavox y
grabaron un disco en 1960, coincidiendo con los actos de la
Recoronación o coronación de desagravio de la Virgen de la Cabeza.
El trabajo fue reeditado en 1974, cuando aún el vinilo tenía
vigencia plena y recoge cuatro canciones dedicadas a La Morenita: “Al
Santuario” (con letra de Alfonso Fuentes y música de Pablo
Alcalde), “La Rosa y la luna”, “Canto a la Virgen de la Cabeza”
y “Mi sol de Andalucía” (en estos tres casos, con música y
letra de Pablo Alcalde). Dicho disco llegó hasta la RTV francesa y
se solicitó su actuación en directo. Su fama fue tal que incluso se
barajó la posibilidad de una gira iberoamericana. El repertorio del
grupo llegó a contar con unos cincuenta temas, boleros sobre todo.
Sus
actuaciones comenzaban siempre con esta presentación, ideada por
Alfonso Fuentes:
Somos tres hijos de Andújar
y uno más de Los Villares;
los cuatro somos de aquí
por un crisol de cantares.
Cantamos por afición
sin orgullo ni pereza,
solo al entonar queremos
rendir culto a la belleza.
Y decirle al mundo entero
que Andújar tiene majeza,
que no perdió los pinceles
ni el sello de su nobleza.
Y al decir al santuario
queremos decir grandeza;
cantando decimos: ¡Viva
la Virgen de la Cabeza!
En
abril de 1994 el Ayuntamiento de Andújar, a través de su concejalía
de Festejos, le rindió un merecido homenaje, se le concedió el
galardón especial de “romero del año” y se grabó un casette
con los cuatro temas dedicados a la Virgen de la Cabeza. En el año
2003 se le dedicó una calle en la barriada de La Paz.
Citamos
textualmente las palabras de Francisco Fuentes Chamocho que son un
inmejorable resumen de la corta pero fructífera carrera artística
de “Los Románticos”: “era un grupo músico-vocal sencillo,
modesto, que al igual que las estrellas, cuanto más buscan pasar
desapercibidas en la oscuridad del cielo, más brillan. Escondían
una gran sensibilidad, un volcán de amores en sus pechos y un buen
nivel musical, en aspectos de voces e instrumentación”.
FUENTES:
FUENTES
CHAMOCHO, Francisco; “Homenaje a Los Románticos”, Ideal,
especial Romería de la Virgen de la Cabeza, viernes 22 de abril
de 1994; página XIV.
FUENTES
CHAMOCHO, Francisco; “Ensayo bio-bibliográfico sobre música y
músicos en Andújar”, Historia de Andújar II, Andújar,
Ayuntamiento, 2009; páginas 461-503.
lunes, 31 de marzo de 2025
CRISTO
DE LA COLUMNA
DE SANTIAGO
(Página web consejería Cultura Junta de Andalucía)
Tal
vez pueda resultar extraño que se inserte en este blog de biografías
a una escultura, pero de la misma forma que hemos hecho con grupos
sociales y empresas, es de justicia reseñar la importancia de esta
talla de Jesús atado a la columna dentro del devenir de la ciudad:
de un lado por su antigüedad y su valía artística; de otro, porque
las actas capitulares dejan
muy claro la gran devoción
que despertó entre la ciudadanía
en siglos pasados. No es menos cierto, también es verdad, que lo
traemos a colación aprovechando el tiempo cuaresmal que justamente
ha tenido uno de sus episodios más importantes en la celebración
del tradicional Viacrucis de la Agrupación local de cofradías,
teniendo este año como epicentro al
Señor de la Columna de la
extinta parroquia de Santiago, hoy venerado en Santa María La Mayor.
(Autor del cartel: Jorge Cecilia)
La
imagen pertenece a ese Renacimiento inicial que conformó en Jaén
un nutrido grupo de artistas, provenientes de tierras castellanas,
italianas e incluso del norte de Europa: una escuela que ha sido
estudiada, entre otros, por José Domínguez Cubero, que dató la
talla en su momento como del primer tercio del siglo XVI, acusando
“las influencias de la escultura giennense plateresca”. A ese
ramillete de escultores, entalladores, arquitectos, pintores, etc.
pertenecieron figuras tan notables como Gutierre Gierero, Felipe de
Borgoña “Bigarny”, Jerónimo Quijano, Jacobo Torni “el
Florentino”, Juan de Reolid, Diego de Siloé, etc., que con sus
estilos propios marcarán este esplendor del Renacimiento jienense a
lo largo de la centuria. Domínguez Cubero nos dejó también esta
interesante descripción de la escultura: “De anatomía cuidada,
enjuto, con musculatura alargada cubierta de perizoma ajustado y
asido con gruesa soga, varias veces anudada a una columna que le
sobrepasa en altura, se vincula tanto a la corriente italiana que
difundió por Jaén Jacobo Florentino y Jerónimo Quijano, como a la
tradición gotizante que se nota en el candente expresionismo del
rostro”. Y añade, doliéndose una vez más, como hacemos algunos,
de cómo las circunstancias históricas han propiciado que esas joyas
del pasado hayan sido pasto de las llamas, la piqueta o la venta a
escondidas: “Interesante pieza de valor ecléctico en consideración
del patrimonio plateresco local y provincial”. Difícil es aseverar
con rotundidad su autoría mientras no haya testimonio documental. No
obstante, parece la balanza inclinarse hacia Jerónimo Quijano, según
el propio investigador arjonero, y también por parte de Tomás de
Jesús Porras, que considera más probable esta autoría al no ser
Quijano tan perfeccionista en sus formas como, por ejemplo, Jacobo
Florentino. De hecho, se constata cierta similitud en el rostro de
nuestro “Amarrado” con la efigie del crucificado de la Esperanza,
en la ciudad de Murcia. No obstante, quedamos expectantes al trabajo
que en breve verá a la luz por parte de Tomás de Jesús.
Estado de la talla antes de su restauración
La
devoción que le profesó el pueblo de Andújar se patentiza en el
hecho de que procesionaba en Cuaresma, en concreto en el Domingo de
Pasión, contando con el apoyo del cabildo que en 1651 cede para el
cortejo el palio y guión de la ciudad, según recoge Torres Laguna.
A su vez, fue recurrente realizarle rogativas públicas por los más
variados motivos. Tanto el citado Torres Laguna como Jesús Palomino
recogen algunas de estas peticiones: en 1652 es trasladado a Santa
María para implorar lluvia que riegue los sedientos campos. Allí
estará varios días, finalizando los cultos con una procesión en la
que debían participar todos los caballeros capitulares. En 1675 hay
constancia de un octavario celebrado en su honor, también en Santa
María. Dos años después, se pide su protección para evitar que la
peste iniciada en Cartagena llegue a la ciudad. Nuevas peticiones
públicas aparecen registradas en las actas capitulares en 1706,
1723, 1730 y en 1757 cuando es trasladado a la ermita de Dulce Jesús,
para que frenase el avance de la langosta o en 1771, con motivo de un
alumbramiento real.
El
22 de abril 1674 se crea una cofradía cuaresmal, por parte del
presbítero Bartolomé Berdejo y Cabrero, a la que perteneció lo más
granado de la nobleza local y el clero. En esos momentos ocupaba una
hornacina en un retablo, según recoge el pintor Antonio Palomino en
sendos grabados. Curiosamente, al ser pensado para estar en dicho
retablo la imagen no está culminada en su parte posterior. En 1733
pasó al lujoso camarín y capilla barrocos, cuyo testero poseía un
bellísimo retablo, salido a buen seguro, del buen hacer de la
familia Primo.
(Del portfolio fotográfico de España)
En
la biblioteca general universitaria de Granada se conserva el sermón
que pronunciara el jesuita Pedro de Monsalve el día de la fiesta
mayor de esta hermandad, el 1 de mayo de 1726: Enigma
sagrado, oculto en penas y descubierto en glorias de Jesucristo a la
Columna, en el doloroso misterio de sus azotes que en la solemne
fiesta, que anualmente le celebra su Ilustre Hermandad de Señores
Sacerdotes y Cavalleros seculares, sita en la parroquia del Apóstol
Santiago el Mayor de la Ciudad de Andújar dixo el M.R.P.M. Pedro de
Monsalve. Queda claro
que la imagen era custodiada por la más selecto de la edilicia local
cuando descubrimos en la portada el nombre del hermano mayor de ese
año: don Pedro Estanislao de Quero y Valenzuela, marqués de la
Merced.
De
nuevo hemos de citar a Tomás de Jesús, el cual informa que en 1819
vuelve a ser procesionado, junto con la Virgen de la Concepción de
San Francisco, para alejar la peste de la ciudad. Si avanzamos en el
siglo XIX podemos concluir que ahí se produciría el declive de su
cofradía y del culto a la talla: en parte por las agitaciones
sociales que se van a producir, el creciente positivismo y la
supresión de Santiago como parroquia en 1843. No obstante, las
páginas del semanario El
Guadalquivir recogen que
en 1928 se celebró quinario en su honor, culminado con un solemne
miserere. En la Guerra Civil la imagen se salva de la destrucción,
al igual que otras obras de arte del templo, como el retablo, hoy en
paradero desconocido. A principios de la década de los setenta del
siglo pasado se cierra al culto definitivamente y tan solo es
contemplado por los hermanos de Jesús de la Paciencia que guardaban
allí el paso de su Cristo. Serán por cierto estos cofrades los que
salven esta joya del patrimonio local al trasladarla desde Santiago a
Santa María cuando perciben que los ladrones han entrado en el
recinto, se han llevado algunos cuadros y tienen otros descolgados
para llevárselos en otro momento. También salvarán del expolio el
grupo escultórico de Santa Ana, la Virgen y el Niño, la Dolorosa,
una pequeña imagen de la Virgen, etc.
Fotografía de principios del siglo XX
Fue
restaurada por José Luis Ojeda en 1996, bajo los auspicios de la
Junta de Andalucía y repuesta para el culto después de pasar unos
años en la sacristía de la parroquia. El empeño de algunos
cofrades de la Esperanza y la Paciencia, sobre todo Óscar
Menéndez-Quintana y Antonio Manuel Aceituno ha traído como
consecuencia que presidiera el ejercicio del Santo Viacrucis en la
iglesia de San Miguel, adonde fue portada en andas para regresar de
nuevo a su templo el viernes 7 de marzo de este año, lo que supone
un acontecimiento histórico y devocional, ya que, hasta que no se
demuestre lo contrario, llevaba sin procesionar unos dos siglos. El
acto ha tenido su repercusión local, provincial e incluso más allá
de tierras jienenses se han hecho eco de esta noticia, lo que debería
suponer, por otro lado, la recuperación de la iglesia de Santiago
para la ciudadanía, tras estar cerrada y velados sus encantos
arquitectónicos durante ya demasiadas décadas. El reciente acuerdo
firmado entre el consistorio municipal y el Obispado de Jaén parece
vislumbrar esa oportunidad de manera ilusionante.
FUENTES:
DOMÍNGUEZ
CUBERO, José; “Aspectos del plateresco giennense. El entallador
Gutierre Gyerero”, BIEG, 115 (1983) pp 65 – 99.
DOMÍNGUEZ
CUBERO, José; “Andújar, un foco de estética renacentista en el
Reino de Jaén”, BIEG, 182 (julio-diciembre 2002) pp. 9 – 42.
DOMÍNGUEZ
CUBERO, José; “Imaginería pasionista en Andújar”. En Andújar,
ciudad de Semana Santa.
Andújar, Ayuntamiento-Diputación provincial, 2008; pp. 5-17.
FERNÁNDEZ
SÁNCHEZ, José Alberto; “Jerónimo Quijano y el crucificado
renacentista en Murcia”. Tabularium,
11, vol. 1 (2024) pp. 111-141.
MORENO
ALMENARA, Maudilio; “Cofradía del Cristo de la Columna de Santiago
de Andújar”. Blog Andújar de Vera Cruz, miércoles 25 de febrero
de 2015.
PALOMINO
LEÓN, Jesús; Ermitas,
Capillas y Oratorios de Andújar y su término.
Jaén, IEG, 2003.
PORRAS,
Tomás de Jesús; Facebook Historia de Andújar, 02.10.2021.
TORRES
LAGUNA, Carlos de; Andújar
a través de sus actas capitulares (1600-1850).
Jaén IEG, 1981.
jueves, 27 de febrero de 2025
ANA DELSO
(ANA
CAMELLO GARCÍA)
(1922-2022)
Militante
anarcosindicalista, libertaria y feminista
Leer
la autobiografía de Ana Delso, nacida como Ana Camello García, es
viajar a un tiempo que no por pasado se ha de olvidar ni mucho menos,
pues las miserias e injusticias de ayer no pueden ni deben repetirse,
sobre todo cuando
los noticiarios nos devuelven
de continuo a una realidad tozuda donde el hombre sigue siendo lobo
para el hombre.
Aunque fue inscrita en Madrid porque ahí trabajaba su padre como
ferroviario, su nacimiento tuvo lugar en Andújar el 20 de octubre de
1922, justamente en casa de su abuelo, sita en la calle Larga. Cuando
Ana contaba doce años, la familia se trasladó de Madrid a nuestra
ciudad y ahí pasó parte de su adolescencia, mientras el cabeza de
familia, que había dejado su trabajo en la capital, intentó ganarse
la vida como ebanista. Ana, por su parte, entró a trabajar como
aprendiz de modista. En esos inicios de su existencia se forjó de
manera definitiva la mentalidad anarquista de nuestra biografiada.
Existen un par de párrafos referidos a Andújar que son como el as y
el envés de una moneda: en ellos evoca recuerdos poéticos de esos
años pero también constata la dureza de la vida en la España de
entonces:
Andújar
es el país de los jazmines que reptan perezosamente, como los
lagartos, sobre los muros soleados de los jardines interiores
blanqueados con cal y donde las mujeres hacen rosetas que se prenden
en el pelo. Andújar también es el país de los higos chumbos, que
se recogen con el rocío de la mañana y que se comen mientras están
aún frescos. Es sobre todo la calle Larga, donde se encuentra la
casa de mi abuelo, con su pozo junto al que crece un rosal gigante
que recubre, guiado por un enrejado, casi todo el patio. Bajo el
enrejado, cerca del pozo, pende una jarra de barro cocido llena de
agua que rezuma gota a gota, dejando un reguero húmedo sobre las
losas rojas. Es mi cosmos misterioso y sentimental, casi el único
recuerdo bello que me queda de España.
Andújar
es uno de los sitios donde las injusticias sociales son más
flagrantes; es la tierra de los latifundios, de los terratenientes
despóticos; tierra de folklore, de vino y de castañuelas; tierra
mísera, de hambre y revuelta, una de las cunas legendarias del
anarquismo español.
Cuando
estalla la guerra ya se encuentra en Madrid, continuando con su labor
de costurera. A sus quince años desea empuñar las armas como hizo
su hermano Miguel, de veintiuno, trabajador ebanista de la CNT, quien
fue herido varias veces y terminó en prisión al acabar el
conflicto. Ante la situación de la capital, es evacuada junto con
sus hermanas pequeñas Dolores y Antonia hacia Valencia. El grueso de
niños y jóvenes tendrá un destino final en Cataluña; en su caso,
a Vilanova i la Geltrú, ciudad que funcionaba casi totalmente de
manera autogestionada, en esos experimentos anarquistas
que vieron la luz en aquella época de dolor y muerte. En Vilanova
entra en contacto con las Juventudes Libertarias y la organización
feminista Mujeres Libres. Escribe su primer artículo de corte
feminista en el Boletín Oficial de
la ciudad y acude de continuo a la biblioteca, lo que le permite
forjarse intelectualmente, ya que su paso por el colegio, como era
entonces costumbre en las clases trabajadoras, fue bastante efímero.
Allí conocerá a Dionisio Delso de Miguel, quien se convertirá en
su pareja sentimental.
Ante
el avance de las tropas franquistas, en enero de 1939, atraviesa la
frontera francesa y, como tantos españoles, es recluida en un campo
de concentración. En 1940 es acogida en un tren de compatriotas
exiliados que, formando parte de la 539 compañía militarizada de
trabajadores extranjeros, malviven en penosos trabajos, con la eterna
incertidumbre de lo que iba a pasar con ellos, sobre todo cuando
Hitler invade territorio francés. Esa experiencia es la que da pie
al título de la autobiografía antes citada: Trescientos
hombres y yo, aludiendo a que
era la única mujer oculta entre ese número redondo de
represaliados, que la cuidaron hasta que, ante la imposibilidad de
seguir manteniendo esa situación, pasa a trabajar en una granja.
Son años de numerosas peripecias, sin documentación reglamentada,
siempre con el miedo de ser devuelta a España o ser apresada por el
gobierno colaboracionista de Vichy, con continuos cambios de
residencia, entre las que se incluye un abandonado castillo medieval.
Además, se hace muy difícil una convivencia normal con su pareja,
Dioni. De esa unión nacería su hija Vida, un 26 de septiembre de
1941. En junio de 1944 nos cuenta cómo comienza a colaborar con la
Resistencia, cuando la familia vive en la localidad de La
Salle-en-Beaumont.
Al finalizar la II Guerra Mundial obtuvo por fin documentación para
poder vivir sin el sobresalto de la ilegalidad. Es nombrada
secretaria de la sección de Solidaridad Internacional Antifascista
en Quet-en-Beaumont y se integró en la Alianza Democrática Española
que publicó el periódico Cara a España. También formó parte de
la Junta Española de Liberación que ansiaba la intervención de los
aliados para erradicar la dictadura más abajo de los Pirineos, algo
que nunca llegó a suceder, como todo el mundo sabe.
En
el año 1951 emigró con Dioni y su hija a Montreal, donde pasó el
resto de su vida, hasta su fallecimiento el 28 de mayo de 2020. Allí
trabajó veintiséis años en la industria de la confección,
formando parte del Sindicato Unión Internacional de Obreros/as de la
Confección para mujeres. Sus continuas denuncias de corrupción
dentro del sindicato y de connivencia con el poder estatal, le
supusieron la marginación por parte de sus patronos y compañeros
sindicalistas. En Montreal también militó en la federación local
de la CNT y en los movimientos anarquista, feminista y pacifista. En
esos años entabló amistad con la pintora Marcelle Ferron, exmiembro
del grupo artístico “Automatistas” y una de las fundadoras de la
librería “Alternative” y del periódico La Nuit.
Tras la muerte de Franco, en 1976, viajó a España y colaboró
tanto con el diario barcelonés Solidaridad Obrera como con el
boletín madrileño Bicel, de la fundación Anselmo Lorenzo.
FUENTES:
DELSO,
Ana; Trescientos hombres y yo. Estampa de una revolución.
Madrid, Fundación de Estudios
Libertarios Anselmo Lorenzo, 1998. Colección Testimonios, 6. Las fotografías publicadas pertenecen a este libro.
Zambullirse
(nunca mejor dicho) en las páginas de Trafalgar, la novela
fundacional de los Episodios Nacionales
de Benito Pérez Galdós, es una experiencia única
porque, más allá de la evocación histórica que realiza el
escritor canario, contemplamos cómo viven, sufren y mueren todos
aquellos oficiales y marinos, envueltos en una vorágine de pólvora
y fuego que pasó a la posteridad como una de las grandes batallas
navales.
En
ese hecho de armas, acaecido el 21 de octubre de 1805, estuvo
presente un andujareño, según consta en un artículo publicado en
la revista jamilenense Trastámara, cuya referencia
bibliográfica figura más abajo. Nuestro paisano se llamaba Pedro de
Albarracín y Quero, apellidos resonantes de la nobleza local en
cuyos árboles genealógicos se alternan la espada, la sotana y, ante
todo, el poderío económico y el prestigio social.
Fue
hijo de Alonso Albarracín Valenzuela e Inés Quero Valdivia,
matrimonio del cual nacieron seis hijos, uno de los cuales, Luis,
eclesiástico y escritor, ya fue mencionado en este blog. Tanto Pedro
como otro de sus hermanos, Antonio, se inclinaron por la milicia, y
ambos ingresaron en la Armada; en concreto, Pedro lo hace en el año
1775. De Antonio sabemos que llegó al grado de alférez de fragata y
fue caballero de la Orden de Calatrava.
Arsenal de El Ferrol (Wikipedia)
La
carrera militar efectiva de Pedro Albarracín se inicia como alférez
de navío en la fragata Santa Bárbara. En 1782 fue trasladado
al navío Brillante y luego al de San Fernando donde
fue ascendido a teniente de fragata. En 1788 lo encontramos como
ayudante del comandante del arsenal de El Ferrol, se agregó al
cuerpo de ingenieros y se hizo cargo de las obras del dique de esa
ciudad gallega. En 1790 fue destinado a la fragata Santa Teresa;
en 1793 se le dio el mando de una embarcación denominada urca (la
Cargadora) y que era un modelo casi extinto en la época. Con
ella viajó dos veces de Cádiz a La Habana escoltando a barcos
mercantes en la siempre difícil ruta con las Américas ante los
ataques de navíos piratas.
Batalla de Finisterre (Wikipedia)
Al
terminar esas misiones, volvió a El Ferrol, donde le fue concedido
el mando de la fragata Esmeralda en 1802. De 1803 a 1805
ostentó el cargo de segundo comandante del arsenal por real orden.
En 1805 fue embarcado en el Príncipe de Asturias y el 30 de
agosto de ese mismo año, como segundo comandante, se
le destina al Argonauta,
navío de 90 cañones, botado en El Ferrol en 1798 y que había
participado en las batallas de Brión y Finisterre. La tripulación,
compuesta por 800 hombres, zarpó del puerto de Cádiz el 20 de
octubre junto al resto de la armada conjunta hispano-francesa,
enfrentándose al día siguiente con los navíos británicos frente
al cabo de Trafalgar. De resultas del
tremendo enfrentamiento entre las dos flotas fallecieron, al parecer, unos 100 tripulantes del Argonauta
y resultaron heridos 203. La tripulación fue apresada,
aunque se les liberó con posterioridad en Algeciras. El barco fue
destruido el 30 de octubre por los ingleses para evitar su represa.
Disposición de los barcos en la batalla de Trafalgar (Wikipedia)
Por
haber participado en la contienda, Pedro de Albarracín fue ascendido
a capitán de navío el 15 de noviembre de 1805, en una promoción
general que llevó a término la Real Armada. Hay noticia de que
regresó a su ciudad natal en marzo de 1807, donde seguramente
disfrutaría de un merecido retiro o eso queremos pensar nosotros.
FUENTES:
GARCÍA LÓPEZ, Fernando; “Andújar en la
batalla de Trafalgar”, facebook Pasión por Andújar (17 de febrero
de 2016).
GUTIÉRREZ PÉREZ, José Carlos y SEGADO UCEDA,
Manuel Jesús; “El Capitán de Navío Pedro Albarracín, un
andujareño en la Batalla de Trafalgar”, Trastámara, 15,
(enero-junio 2015), pp. 95-104.
Del
variopinto abanico de profesionales que han nacido en Andújar o
recalado en ella, destaca Manuel Trujillo, dedicado al interesante
mundo del cine de animación, territorio que siempre ha gozado de
predicamento entre los niños pero que también ha encontrado acomodo
entre el público más adulto.
Sus
estudios de Bachillerato los realizó en el instituto “Nuestra
Señora de la Cabeza” de Andújar. Posteriormente se formó en
Grabado Calcográfico en la Facultad de Bellas Artes de la
Universidad Complutense de Madrid.
Nuestro
paisano, ligado al estudio Lápiz Azul Animación, fundado entre
otros por Matías Marcos, trabajó en su momento en series de
televisión como Rupert, Tintín o Batman.
Ejerció de director-coordinador de “lay-out” (es decir,
organización de diseño) del largometraje Dragon Hill,
ganador del goya a la mejor película de animación en 2003, y que
fue dirigido por Ángel Izquierdo. El éxito de esta producción dio
pie a una segunda parte, El Cubo Mágico, en 2006, donde
también participó Manuel Trujillo.
De
su estrecha colaboración con la productora Milímetros (creada por
Antonio Zurera y Ángel Izquierdo), hemos de destacar series como
Sonic, Renada, Pippi Longstocking, Tex Avery
o Sabrina; amén de largometrajes como Don Quijote o
Rh+ el vampiro de Sevilla.
Colabora
con el festival de cine de animación Animacor de Córdoba, cuyo alma
máter es Antonio Zurera, dentro del grupo de profesionales que
realiza la selección de películas que después se proyectarán. En
el año 2010 impartió un taller bajo el título “Introducción al
storyboard” en la Filmoteca de Andalucía.
En
un plano más local, su arte quedó plasmado en el cartel de la
Cofradía de los Estudiantes de 2019, que nos presenta el rostro del
Santísimo Cristo de la Expiración y que fue presentado en la
antigua iglesia de Santa Marina el 23 de marzo de ese año. En esta
obra y en otros dibujos, de los que aquí presentamos tan solo una
pequeña parte de su ingente e interesante producción, se advierte
la delicadeza y, a la vez, contundencia, de su trazo. Dichas obras se
pueden contemplar y adquirir en Artenet
(https://artenet.es/jreviews/my-listings?user=12887).