martes, 30 de mayo de 2023

 

JOSÉ CARLOS VELLUTI Y TAVIRA

(1831-1896)

 

(www.geni.com)

 


Noble. Senador


    Nació en Andújar un 4 de noviembre de 1831, siendo bautizado en la parroquia de Santa Marina. En sus progenitores se ve un ejemplo de cómo entronca la pujante burguesía de provincias con la nobleza de añejo abolengo. Su padre, Pedro Manuel María Velluti y Pérez de Ayala era uno de los grandes hacendados del país, con propiedades repartidas por varias provincias como Jaén, Valladolid, Burgos...y Granada, donde vino al mundo a finales del siglo XVIII. La madre de nuestro biografiado, María de la Cabeza Tavira y Montalvo, pertenecía en cambio a uno de los linajes más antiguos de la muy noble y muy leal ciudad de Andújar. El apellido Tavira tiene ecos de Reconquista, como los Piédrola, Pérez de Vargas y tantos otros. 

 

(www.senado.es)

 

    Es por ello que nuestro linajudo paisano recibió de un lado un abultado patrimonio y, de otro, los títulos que provenían de la línea materna: fue, de entrada, el decimotercer marqués de Falces, a partir de 1838, al haber fallecido su madre tempranamente dos años antes. El marquesado lo había obtenido la familia merced a un litigio de su bisabuelo, el cual demostró ser el sucesor legítimo de los Peralta, apellido de la familia a quien la reina Juana I de Castilla concedió este honor a principios del siglo XVI, y que lleva el nombre de aquella localidad navarra. Su padre pudo también usar el título, como “marqués viudo”. El blasón de José Carlos se acrecienta con otro marquesado, el de Torre-Blanca, unido como el anterior, al apellido Montalvo, y que fue creado a finales del XVII. A través de los Tavira viene el título que tiene más relación con Andújar: el de cuarto marqués del Cerro de la Cabeza, merced concedida por Carlos II el l7 de enero de 1698 a Alonso de Tavira y Benavides. No obstante, este honor que, como otros, era motivo de ostentación para una localidad en tiempos antiguos, tuvo sus más y sus menos ya que de un lado la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Andújar quiso dejar claro que el dominio del marquesado no afectaba para nada al santuario, cuya propiedad detentaba la centenaria corporación; por otro lado, el Cabildo de la ciudad aceptaba que los Tavira pudieran sacar rendimiento, lógicamente, de sus dehesas serranas, pero ello no debía impedir el normal desarrollo de la romería en esos días, bajo la jurisdicción del consistorio. Se inicia entonces un largo litigio por parte de Cofradía, Ayuntamiento y, también el Obispado (en este caso, con apoyo decidido hacia la Cofradía) para preservar el culto a la Virgen sobre todo en los días señalados de la fiesta abrileña. Los tiras y aflojas se dilataron en el tiempo y así, hasta dos generaciones después, concretamente hasta 1781, no se ratifica el título en la persona de Félix de Tavira Cerón y Godoy, una vez calmados los recelos tanto del poder eclesiástico como del civil. Los Tavira, además, detentaban la posesión del antiguo castillo medieval, derruido en la década de los años treinta del siglo pasado en mor de un supuesto progreso que tanto daño ha hecho al pasado monumental de la ciudad y también debido al afán especulador de cierto descendiente del marqués.

 

Castillo de Andújar
 

    Si ha pasado a la historia nuestro aristócrata no es solo por la acumulación de títulos y prebendas, sino por haber sido senador en varias ocasiones. En este sentido, hereda la actividad de su padre, ligado al liberalismo moderado, que lo fue por la circunscripción de Burgos de 1837 a 1839, por la de Jaén de 1839 a 1845, y vitalicio, por último, de 1845 a 1848. Su hijo también fue vitalicio (como lo sería su tío) de 1864 a 1868. Por cierto, consultando la muy completa web del Senado se descubre la pregunta que, muy cortésmente dirige nuestro senador al ministro de Fomento en la sesión del 2 de julio de 1867 acerca de ciertos datos que no aparecían reflejados en la Gaceta, a lo que el ministro, con igual cortesía, respondía que de inmediato se subsanaría ese error. ¡Cuánto contraste con estos tiempos donde la crítica furibunda e incluso el insulto fácil llenan páginas y páginas de los diarios de sesiones! De 1884 a 1886 tuvo lugar su segunda incursión en el Senado, en este caso, por la provincia de Valladolid. Tanto en una etapa como en la otra, su vida política se desarrolla asistiendo a sesiones y formando parte de diferentes comisiones, como la que estudia el proyecto de ferrocarril a Barbastro o la que integraba la “de honor y mensaje en la felicitación a S.M. con motivo de sus días”. Como se ve, nada especialmente trascendental ni emocionante. 

 

Pilar Dueñas (www.geni.com)

 

    Casó en dos ocasiones: primero con la granadina Eloísa Entrela Perales, de cuyo matrimonio nació José María Velluti Entrala, fallecido en 1873, antes que sus padres. Su segunda esposa fue Pilar Dueñas y Tejeda, en 1895, unos meses antes de que falleciera el marqués. El patrimonio familiar era tal que, a juicio del historiador local Luis Pedro Pérez, en 1860 el marqués era uno de los mayores contribuyentes de Andújar, con terrenos en la propia ciudad, Marmolejo, Lahiguera y Mengíbar. Todo esto pasó a manos de su viuda, que se dedicó con afán a remediar el infortunio de los más necesitados. Parte de esa ingente fortuna pasó a su hermana, Teresa, incluyendo el castillo, mientras que los títulos los heredó el sobrino del finado, José María Velluti y Zbikowski.


FUENTES:

TORAL Y PEÑARANDA, Enrique; “La concesión del marquesado del cerro de la Cabeza”, BIEG, 93 (1977) 9-52.

www.geni.es

www.senado.es

https://lugardemarmolejo.wixsite.com/marmolejo/vidanuestroscamposmarmolejo




No hay comentarios:

Publicar un comentario