lunes, 25 de marzo de 2024

 

FRANCISCO DE PAULA 

RODRÍGUEZ MEFRE

(finales S. XIX - 1953)

 

(Gentileza de su nieto)

 

Tallista

    En plena Semana de Pasión nos gusta siempre traer a este blog a hermandades que estén celebrando algún aniversario reseñable o personas que han contribuido a engrandecer esta mescolanza tan especial de religiosidad popular, cultura y tradición, que todo es uno. En este caso, nos centramos en la figura, no del todo valorada, del tallista y dorador Francisco de Paula Rodríguez Mefre, iniciador de una saga de artistas que entronca con los otros Mefre, los músicos, de los que también hablaremos en otro momento.

Antiguas herramientas de Mefre, en la exposición celebrada con motivo del tercer centenario de la fundación de la Cofradía de los Dolores del Carmen (foto: Manuel Barea).

 

    Pero vayamos por partes: nace este gran tallista en Andújar en el último cuarto del siglo XIX y fallece en 1953. Al margen de su actividad artística, fue jefe de la policía local durante el mandato municipal de don Rafael Pérez de Vargas. La colaboración entre el conde y Francisco Rodríguez se extiende durante toda su vida. De esa forma, es Mefre quien se encarga de toda la labor de carpintería de las escaleras que dan acceso a la planta superior del edificio municipal. También suyos son todos los trabajos en madera que se acometieron en la capilla del Cristo de la Agonía, y en cuya cripta reposan los restos del conde y familiares. Los tonos dorados originales se transmutaron en plateados tras la guerra civil, siendo ambos también obra de nuestro artista, que manejaba con igual pericia la gubia y la piedra de ágata. Otras obras suyas que merecen ser citadas son la gruta y el altar neogótico en madera de nogal que se instaló en la antigua capilla de San Pedro de Santa María antes de la guerra civil, cuando se remodeló para dar culto a la Morenita; las andas de la Virgen de la Cabeza de Madrid (1948); el antiguo paso procesional de Jesús Caído que hoy sirve para el Viacrucis del Cristo de la Providencia y el retablo del Caído. Curiosamente, la chapita que luce, descubierta por Antonio M. Aceituno Sánchez “Archi” recientemente, nos remite a la antigua denominación de la calle Vendederas donde tuvo taller Mefre. Al parecer, según el nieto de Francisco, tenía varias de estas chapitas y la colocó en esa obra de posguerra, aunque lo de “Infanta Isabel” tenga ecos monárquicos.

 

Placa del autor en el retablo de Jesús Caído (foto: Manuel Barea).

 

    Punto y aparte es su aportación al llamado “carroussel eléctrico”, una iniciativa del industrial Antonio Ruibérriz, especializado en atracciones de feria. Tanto este divertimento como otro, el denominado “caseta-museo” (bajo diseño de Manuel Aldehuela) fueron mostrados en el parque montado aprovechando la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, noticia que descubrimos gracias a Paco Rodríguez en un ejemplar de la revista Plaza Vieja.

    No obstante, quizás su obra más meritoria es la hechura del antiguo paso de Nuestro Padre Jesús de la Paciencia, estrenado en la Semana Santa de 1927 y que causó elogio general por la finura del trabajo que mostraba, de un finísimo y efectivo neobarroco, y un dorado no visto entonces en la ciudad. Esto reza la crónica del periódico local El Guadalquivir: “El Señor de la Paciencia de Santa María ha lucido un trono nuevo, admirable y artístico, verdaderamente suntuoso, regalo del Iltmo. Señor Conde de la Quintería, que ha merecido por su riqueza y buen gusto generales elogios”.

Paso de Jesús de la Paciencia en 1996 (foto: Anselmo Navas, por gentileza de Rafael Blanco).

 

    Tenemos que agradecer de nuevo a su nieto que nos cuente cómo se salvó en los aciagos días del inicio del conflicto armado de 1936: sospechando el conde de La Quintería que podría correr peligro el paso, y ayudado por Francisco de Paula y dos empleados, se desmontó pieza a pieza y se guardaron las molduras en cajas, en un almacén de la calle Naranjos. Una vez concluida la guerra, se recuperó, se volvió a montar y pudo estar disponible en 1940, aunque, al no estar terminada la nueva imagen del Señor de la Paciencia, procesionó el crucificado de la Agonía, propiedad del conde. Este trono se mantiene hoy en día, aunque alterado, ya que fue prolongado por Rafael López Villar y vuelto a dorar en 1996 y con posterioridad, se ha unido a los antiguos respiraderos del paso de Nuestra Señora del Rosario y todo el conjunto muestra ahora un tono caoba. 

 

Retablo de Jesús Caído en una fotografía de los años sesenta (propiedad de Manuel Barea).

    El taller tuvo continuidad y surgió la empresa denominada “Hijos de Francisco de Paula Rodríguez Mefre”, formada por Antonio y Francisco de Paula Rodríguez Medina. Pero eso será materia de otra entrada diferente.



FUENTES:

El Guadalquivir, 16 de abril de 1927.

RODRÍGUEZ, Paco; artículo en Andújar Press sobre el carroussel eléctrico.

UTRERA ÁLVAREZ, Diego R.; Andújar en el recuerdo… Tomo 2: Andujareños ilustres, mapas y documentos. Andújar, ediciones Plaza Vieja, 2011.

Muchos de estos datos también han sido facilitados por don Francisco de Paula Rodríguez Crespo, nieto del biografiado.



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