jueves, 29 de mayo de 2025

 

MANUEL SALCEDO OLID

(? - 1668)


Historiador


    El pasado 6 de marzo tuvo lugar la presentación de una edición facsímil del Panegírico historial de Nuestra Señora de la Cabeza de Sierra Morena, obra publicada en Madrid, en la imprenta de Julián de Paredes, en 1677, y debida a la pluma de Manuel Salcedo Olid. El ejemplar original llegó a manos de la institución municipal el año pasado y ha pasado a formar parte de los fondos de la biblioteca “Alcalá Venceslada”, a la vez que cualquiera puede consultarlo accediendo a la web de la concejalía de cultura del Ayuntamiento. Ya en 1994 la asociación de cronistas andaluces, el centro de estudios marianos que lleva el nombre del propio autor y la peña “El Madroño” dieron a la luz otra edición de esta joya del patrimonio histórico local. 

 

Portada facsímil de 2025

 

    ¿Quién fue Manuel Salcedo Olid? Nuestro biografiado de este caluroso mes de mayo fue un personaje importante en la Andújar del siglo XVII: alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición, caballero capitular del Cabildo y diputado de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza. Vino al mundo en fecha aún desconocida para la historiografía local, fruto del matrimonio entre Juan Salcedo Notario y Jerónima del Villar. Casó con María Cacho de Quero, sobrina de Juan Cacho de Santillana y Mincoya, fundador del patronato de la casa cuna de la ciudad. Según se desprende de su testamento (descubierto por Jesús A. Palomino León) murió sin descendencia el 30 de septiembre de 1668, siendo enterrado al día siguiente en la capilla que poseía en el desaparecido convento de la Trinidad: concretamente la dedicada a Santa Catalina y Santa Inés. 

 

Portada facsímil de 1994

 

    La actividad municipal de Salcedo se atestigua consultando las actas capitulares, gracias a los extractos que en su momento hiciera Torres Laguna. Así nos lo encontramos ya en una reunión del cabildo el 14 de marzo de 1650 junto con Terrones Robles, el otro gran historiador durante la Edad Moderna en Andújar. Al igual que a este, a Salcedo Olid se le encomiendan funciones en las altas instancias, como lograr en 1665 que la ciudad pagara un donativo menor para la guerra en Portugal, algo que no pudo conseguir. En representación del Ayuntamiento, conseguirá ser nombrado alcalde por la vara de la cofradía de los hijosdalgos por la parroquia de San Miguel en 1663. En 1667 ya desaparecen las referencias a él en las actas, quizás por su avanzada edad y/o por una enfermedad grave.

Dedicatoria al obispo de Jaén
 

    No se le ha escapado al atento lector que la obra con la que hemos abierto esta reseña se publicó tras la muerte del autor, quizás por no encontrarse hasta entonces financiación para la misma o porque tal vez pensaba Salcedo Olid culminarla cuando llegó el final de su vida de manera abrupta. Lo curioso del asunto es que, en realidad, lo que tenemos en 1677 son dos ediciones, idénticas y ambas realizadas en la imprenta madrileña, pero dedicadas a dos personas diferentes: el obispo de Jaén, Antonio Fernández del Campo y Angulo, y el prioste de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Andújar, Fernando Antonio de Quero Escabias, caballero de la Orden de Santiago y caballero veinticuatro de la ciudad. Este Fernando de Quero aparece representado en el famoso cuadro que de la romería pintara Bernardo Asturiano, conservado en el museo del santuario. Además fue familiar de la esposa de Salcedo Olid lo que puede explicar que esté dedicado a él y que quizás él mismo costeara la edición máxime cuando había interés en la época para que el manuscrito no se perdiera. 

 

Retrato del obispo Angulo (iaph.es)

 

    El Panegírico es la primera obra dedicada íntegramente a la Virgen de la Cabeza, su aparición, historia y afamada romería, en un momento en que constituía una de las expresiones de devoción popular con más arraigo en España. Junto con el compendio que realiza Antonio Terrones Robles acerca de San Eufrasio como responsable de la llegada del Cristianismo a estos lares, y publicada veinte años antes, son las piedras angulares de la historiografía clásica de la ciudad. La influencia de ambas obras en los eruditos posteriores es innegable. De hecho, el libro de Salcedo fue la base de la Breve noticia del principio y sucesos de la Virgen de la Cabeza de Sierra Morena, compendiada del Panegírico historial que escribió y dio a la luz pública don Manuel Salcedo Olid, publicada en México en 1843, en la editorial de Luis Abadiano Valdés. En esta obrita se condensa de manera extrema todo lo narrado por el andujareño y se concluye con una novena, lo que indica la universalidad de la devoción a la Morenita. Por supuesto que la obra está lejos de la profunda investigación histórica que prevalece en la actualidad y ya en la revista Don Lope de Sosa, en 1918, recogían las palabras del padre Ángel V. Alonso sobre el Panegírico: “Gran parte de las noticias de esta santa imagen están tomadas de los falsos cronicones, defecto lamentable que se observa en casi todos los escritos históricos de esta provincia en el siglo XVII, y que conviene advertir, porque todavía en libros muy modernos se citan como buenas fuentes los malhadados cronicones”. No obstante, el propio vocablo “panegírico” nos remite no a la profundidad científica sino al elogio subjetivo, entonces y ahora.

 

Librito publicado en México en el siglo XVIII

 

    Escribió también nuestro paisano el Epílogo de la solemnísima y muy festiva translación de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Cabeza desde su prodigioso santuario de Sierra Morena a la iglesia mayor de la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Andújar, para que la preserve del contagio con que Dios Nuestro Señor aflije esta Andalucía, que se dio a la imprenta en Jaén, en 1650. En este caso la dedica a D. Luis de Piédrola Serrano y Barrera, diputado de la Cofradía. Si en el Panegírico nos aparece el Salcedo Olid historiador, aquí muestra su sensibilidad literaria seleccionando una serie de piezas líricas de gran encanto, como unas quintillas que narran la aparición de la Virgen y que, según expresa nuestro biografiado, pudieran ser las más inmediatas a este hecho. Para José Carlos de Torres el poema quizás se podría fechar en el siglo XV y sería el texto literario más antiguo conservado que narra la leyenda. Del propio autor se incluye una canción que abre todo el poemario. Fue publicado en facsímil en 1995. Según Torres Laguna también escribió una Historia de Andújar y de sus santos, manuscrito que poseyó en su momento el marqués de la Merced y que desapareció sin poder haberse imprimido.

 

Facsímil del Epílogo

    El nomenclátor del callejero de Andújar, donde abundan denominaciones que nada tienen que ver con el devenir histórico y la realidad andujareñas, en este caso rinde tributo a uno de sus hijos insignes y le otorga el honor de darle nombre a la vía de salida de la ciudad hacia el camino viejo de herradura, en pos del cerro de la Cabeza.

 

Grabado interior del Panegírico

 


FUENTES:

CURIOSA, “Una curiosa historia de la Virgen de la Cabeza”, Don Lope de Sosa, 64 (abril 1918) p. 104.

FUENTES CHAMOCHO, Francisco; “Salcedo Olid, primer historiador de la Virgen de la Cabeza”, In edición Panegírico... realizada en Baena, Academia de cronistas de ciudades de Andalucía, el Centro de estudios marianos sobre Sierra Morena “Historiador Salcedo Olid” y la peña romera “El Madroño”, 1994.

GÓMEZ MARTÍNEZ, Enrique; “Salcedo Olid y su panegírico historial de Nuestra Señora de la Cabeza”, Diario Jaén Luz de Morenita, 25.04.2025, pp. 30-31.

TORRES LAGUNA, Carlos de; Andújar cristiana. Andújar, el autor, 1956.

TORRES LAGUNA, Carlos de; Andújar a través de sus actas capitulares (1600-1850). Andújar, IEG-Diputación provincial, 1981

TORRES MARTÍNEZ, José Carlos de; “D. Manuel Salcedo Olid, escritor de Nuestra Señora de la Cabeza de Sierra Morena”, BIEG, 153 (1994) pp. 111-120.



jueves, 24 de abril de 2025

 

LOS ROMÁNTICOS


Grupo musical

(Facebook Fotos antiguas de Andújar)

 

    En plena efervescencia romera recordamos a este cuarteto musical que hizo las delicias de los devotos de la Virgen de la Cabeza hace ya unas décadas; aunque sus canciones, resistiendo los cambios en gustos y modas, se siguen escuchando de cuando en cuando sobre todo en la varias veces centenaria cita abrileña.

    El grupo aparece a finales de la década de los cincuenta y su estilo entronca con lo que vino en denominarse “músico-vocal”, que aúna calidad tanto en las voces, de tono suave y romántico (de ahí su nombre) como de los instrumentos. Lo conformaron Pablo Alcalde (guitarrista y compositor de muchas de las canciones), Alfonso Fuentes (laúd), José Colino (maracas) y Pedro Rodríguez (pandereta, palillos). Como curiosidad hay que indicar que el nombre inicial iba a ser “Los ruiseñores de Sierra Morena”.

    De Pablo Alcalde ya hablamos en este blog: compositor, poeta, persona de gran sensibilidad artística que comunicó su amor por la música a varias generaciones de andujareños. En cuanto a Alfonso Fuentes, hay que decir que formó parte del denominado “Cuarteto Iliturgitano” en la década de los cuarenta, igualmente como intérprete de laúd. Su hijo, Francisco Fuentes Chamocho, gran conocedor de la vertiente musical de Andújar, ha atesorado durante años multitud de grabaciones, en especial de temas romeros, que han dado su fruto, tanto en los artículos que estamos consultando para escribir este apunte biográfico como en el recientemente presentado Catálogo musical dedicado a la Virgen de la Cabeza y a la ciudad de Andújar, junto a Ramón Utrera Cardeñas.

 

(Diario Ideal Jaén, 22.04.1994)
 

    El cuarteto estuvo presente en cuantos actos benéficos se celebraron en Andújar en aquella época. Actuaron en varios actos y recitales provinciales, llevando además su arte a varios hogares a través de la radiodifusión: Radio Linares, Radio Jaén, Radio Andorra y La Voz de Madrid (siendo presentados en este último caso por el recordado Boby Deglané). Firmaron con la casa discográfica Hispavox y grabaron un disco en 1960, coincidiendo con los actos de la Recoronación o coronación de desagravio de la Virgen de la Cabeza. El trabajo fue reeditado en 1974, cuando aún el vinilo tenía vigencia plena y recoge cuatro canciones dedicadas a La Morenita: “Al Santuario” (con letra de Alfonso Fuentes y música de Pablo Alcalde), “La Rosa y la luna”, “Canto a la Virgen de la Cabeza” y “Mi sol de Andalucía” (en estos tres casos, con música y letra de Pablo Alcalde). Dicho disco llegó hasta la RTV francesa y se solicitó su actuación en directo. Su fama fue tal que incluso se barajó la posibilidad de una gira iberoamericana. El repertorio del grupo llegó a contar con unos cincuenta temas, boleros sobre todo.

 

 


 

Sus actuaciones comenzaban siempre con esta presentación, ideada por Alfonso Fuentes:

                                Somos tres hijos de Andújar

                                y uno más de Los Villares;

                                los cuatro somos de aquí

                                por un crisol de cantares.

                                Cantamos por afición

                                sin orgullo ni pereza,

                                solo al entonar queremos

                                rendir culto a la belleza.

                                Y decirle al mundo entero

                                que Andújar tiene majeza,

                                que no perdió los pinceles

                                ni el sello de su nobleza.

                                Y al decir al santuario

                                queremos decir grandeza;

                                cantando decimos: ¡Viva

                                la Virgen de la Cabeza!


    En abril de 1994 el Ayuntamiento de Andújar, a través de su concejalía de Festejos, le rindió un merecido homenaje, se le concedió el galardón especial de “romero del año” y se grabó un casette con los cuatro temas dedicados a la Virgen de la Cabeza. En el año 2003 se le dedicó una calle en la barriada de La Paz.

    Citamos textualmente las palabras de Francisco Fuentes Chamocho que son un inmejorable resumen de la corta pero fructífera carrera artística de “Los Románticos”: “era un grupo músico-vocal sencillo, modesto, que al igual que las estrellas, cuanto más buscan pasar desapercibidas en la oscuridad del cielo, más brillan. Escondían una gran sensibilidad, un volcán de amores en sus pechos y un buen nivel musical, en aspectos de voces e instrumentación”.



 



FUENTES:

FUENTES CHAMOCHO, Francisco; “Homenaje a Los Románticos”, Ideal, especial Romería de la Virgen de la Cabeza, viernes 22 de abril de 1994; página XIV.

FUENTES CHAMOCHO, Francisco; “Ensayo bio-bibliográfico sobre música y músicos en Andújar”, Historia de Andújar II, Andújar, Ayuntamiento, 2009; páginas 461-503.




lunes, 31 de marzo de 2025

 

CRISTO DE LA COLUMNA 

DE SANTIAGO

 

(Página web consejería Cultura Junta de Andalucía)

 

    Tal vez pueda resultar extraño que se inserte en este blog de biografías a una escultura, pero de la misma forma que hemos hecho con grupos sociales y empresas, es de justicia reseñar la importancia de esta talla de Jesús atado a la columna dentro del devenir de la ciudad: de un lado por su antigüedad y su valía artística; de otro, porque las actas capitulares dejan muy claro la gran devoción que despertó entre la ciudadanía en siglos pasados. No es menos cierto, también es verdad, que lo traemos a colación aprovechando el tiempo cuaresmal que justamente ha tenido uno de sus episodios más importantes en la celebración del tradicional Viacrucis de la Agrupación local de cofradías, teniendo este año como epicentro al Señor de la Columna de la extinta parroquia de Santiago, hoy venerado en Santa María La Mayor.

(Autor del cartel: Jorge Cecilia)
 

    La imagen pertenece a ese Renacimiento inicial que conformó en Jaén un nutrido grupo de artistas, provenientes de tierras castellanas, italianas e incluso del norte de Europa: una escuela que ha sido estudiada, entre otros, por José Domínguez Cubero, que dató la talla en su momento como del primer tercio del siglo XVI, acusando “las influencias de la escultura giennense plateresca”. A ese ramillete de escultores, entalladores, arquitectos, pintores, etc. pertenecieron figuras tan notables como Gutierre Gierero, Felipe de Borgoña “Bigarny”, Jerónimo Quijano, Jacobo Torni “el Florentino”, Juan de Reolid, Diego de Siloé, etc., que con sus estilos propios marcarán este esplendor del Renacimiento jienense a lo largo de la centuria. Domínguez Cubero nos dejó también esta interesante descripción de la escultura: “De anatomía cuidada, enjuto, con musculatura alargada cubierta de perizoma ajustado y asido con gruesa soga, varias veces anudada a una columna que le sobrepasa en altura, se vincula tanto a la corriente italiana que difundió por Jaén Jacobo Florentino y Jerónimo Quijano, como a la tradición gotizante que se nota en el candente expresionismo del rostro”. Y añade, doliéndose una vez más, como hacemos algunos, de cómo las circunstancias históricas han propiciado que esas joyas del pasado hayan sido pasto de las llamas, la piqueta o la venta a escondidas: “Interesante pieza de valor ecléctico en consideración del patrimonio plateresco local y provincial”. Difícil es aseverar con rotundidad su autoría mientras no haya testimonio documental. No obstante, parece la balanza inclinarse hacia Jerónimo Quijano, según el propio investigador arjonero, y también por parte de Tomás de Jesús Porras, que considera más probable esta autoría al no ser Quijano tan perfeccionista en sus formas como, por ejemplo, Jacobo Florentino. De hecho, se constata cierta similitud en el rostro de nuestro “Amarrado” con la efigie del crucificado de la Esperanza, en la ciudad de Murcia. No obstante, quedamos expectantes al trabajo que en breve verá a la luz por parte de Tomás de Jesús.

 

Estado de la talla antes de su restauración 

 

    La devoción que le profesó el pueblo de Andújar se patentiza en el hecho de que procesionaba en Cuaresma, en concreto en el Domingo de Pasión, contando con el apoyo del cabildo que en 1651 cede para el cortejo el palio y guión de la ciudad, según recoge Torres Laguna. A su vez, fue recurrente realizarle rogativas públicas por los más variados motivos. Tanto el citado Torres Laguna como Jesús Palomino recogen algunas de estas peticiones: en 1652 es trasladado a Santa María para implorar lluvia que riegue los sedientos campos. Allí estará varios días, finalizando los cultos con una procesión en la que debían participar todos los caballeros capitulares. En 1675 hay constancia de un octavario celebrado en su honor, también en Santa María. Dos años después, se pide su protección para evitar que la peste iniciada en Cartagena llegue a la ciudad. Nuevas peticiones públicas aparecen registradas en las actas capitulares en 1706, 1723, 1730 y en 1757 cuando es trasladado a la ermita de Dulce Jesús, para que frenase el avance de la langosta o en 1771, con motivo de un alumbramiento real.


    El 22 de abril 1674 se crea una cofradía cuaresmal, por parte del presbítero Bartolomé Berdejo y Cabrero, a la que perteneció lo más granado de la nobleza local y el clero. En esos momentos ocupaba una hornacina en un retablo, según recoge el pintor Antonio Palomino en sendos grabados. Curiosamente, al ser pensado para estar en dicho retablo la imagen no está culminada en su parte posterior. En 1733 pasó al lujoso camarín y capilla barrocos, cuyo testero poseía un bellísimo retablo, salido a buen seguro, del buen hacer de la familia Primo. 

(Del portfolio fotográfico de España)
 

    En la biblioteca general universitaria de Granada se conserva el sermón que pronunciara el jesuita Pedro de Monsalve el día de la fiesta mayor de esta hermandad, el 1 de mayo de 1726: Enigma sagrado, oculto en penas y descubierto en glorias de Jesucristo a la Columna, en el doloroso misterio de sus azotes que en la solemne fiesta, que anualmente le celebra su Ilustre Hermandad de Señores Sacerdotes y Cavalleros seculares, sita en la parroquia del Apóstol Santiago el Mayor de la Ciudad de Andújar dixo el M.R.P.M. Pedro de Monsalve. Queda claro que la imagen era custodiada por la más selecto de la edilicia local cuando descubrimos en la portada el nombre del hermano mayor de ese año: don Pedro Estanislao de Quero y Valenzuela, marqués de la Merced.

 

 

    De nuevo hemos de citar a Tomás de Jesús, el cual informa que en 1819 vuelve a ser procesionado, junto con la Virgen de la Concepción de San Francisco, para alejar la peste de la ciudad. Si avanzamos en el siglo XIX podemos concluir que ahí se produciría el declive de su cofradía y del culto a la talla: en parte por las agitaciones sociales que se van a producir, el creciente positivismo y la supresión de Santiago como parroquia en 1843. No obstante, las páginas del semanario El Guadalquivir recogen que en 1928 se celebró quinario en su honor, culminado con un solemne miserere. En la Guerra Civil la imagen se salva de la destrucción, al igual que otras obras de arte del templo, como el retablo, hoy en paradero desconocido. A principios de la década de los setenta del siglo pasado se cierra al culto definitivamente y tan solo es contemplado por los hermanos de Jesús de la Paciencia que guardaban allí el paso de su Cristo. Serán por cierto estos cofrades los que salven esta joya del patrimonio local al trasladarla desde Santiago a Santa María cuando perciben que los ladrones han entrado en el recinto, se han llevado algunos cuadros y tienen otros descolgados para llevárselos en otro momento. También salvarán del expolio el grupo escultórico de Santa Ana, la Virgen y el Niño, la Dolorosa, una pequeña imagen de la Virgen, etc. 

Fotografía de principios del siglo XX 
 

    Fue restaurada por José Luis Ojeda en 1996, bajo los auspicios de la Junta de Andalucía y repuesta para el culto después de pasar unos años en la sacristía de la parroquia. El empeño de algunos cofrades de la Esperanza y la Paciencia, sobre todo Óscar Menéndez-Quintana y Antonio Manuel Aceituno ha traído como consecuencia que presidiera el ejercicio del Santo Viacrucis en la iglesia de San Miguel, adonde fue portada en andas para regresar de nuevo a su templo el viernes 7 de marzo de este año, lo que supone un acontecimiento histórico y devocional, ya que, hasta que no se demuestre lo contrario, llevaba sin procesionar unos dos siglos. El acto ha tenido su repercusión local, provincial e incluso más allá de tierras jienenses se han hecho eco de esta noticia, lo que debería suponer, por otro lado, la recuperación de la iglesia de Santiago para la ciudadanía, tras estar cerrada y velados sus encantos arquitectónicos durante ya demasiadas décadas. El reciente acuerdo firmado entre el consistorio municipal y el Obispado de Jaén parece vislumbrar esa oportunidad de manera ilusionante.

 



FUENTES:

DOMÍNGUEZ CUBERO, José; “Aspectos del plateresco giennense. El entallador Gutierre Gyerero”, BIEG, 115 (1983) pp 65 – 99.

DOMÍNGUEZ CUBERO, José; “Andújar, un foco de estética renacentista en el Reino de Jaén”, BIEG, 182 (julio-diciembre 2002) pp. 9 – 42.

DOMÍNGUEZ CUBERO, José; “Imaginería pasionista en Andújar”. En Andújar, ciudad de Semana Santa. Andújar, Ayuntamiento-Diputación provincial, 2008; pp. 5-17.

FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, José Alberto; “Jerónimo Quijano y el crucificado renacentista en Murcia”. Tabularium, 11, vol. 1 (2024) pp. 111-141.

MORENO ALMENARA, Maudilio; “Cofradía del Cristo de la Columna de Santiago de Andújar”. Blog Andújar de Vera Cruz, miércoles 25 de febrero de 2015.

PALOMINO LEÓN, Jesús; Ermitas, Capillas y Oratorios de Andújar y su término. Jaén, IEG, 2003.

PORRAS, Tomás de Jesús; Facebook Historia de Andújar, 02.10.2021.

TORRES LAGUNA, Carlos de; Andújar a través de sus actas capitulares (1600-1850). Jaén IEG, 1981.














jueves, 27 de febrero de 2025

 

ANA DELSO

(ANA CAMELLO GARCÍA)

(1922-2022)

 


 

Militante anarcosindicalista, libertaria y feminista


    Leer la autobiografía de Ana Delso, nacida como Ana Camello García, es viajar a un tiempo que no por pasado se ha de olvidar ni mucho menos, pues las miserias e injusticias de ayer no pueden ni deben repetirse, sobre todo cuando los noticiarios nos devuelven de continuo a una realidad tozuda donde el hombre sigue siendo lobo para el hombre.

 


 

    Aunque fue inscrita en Madrid porque ahí trabajaba su padre como ferroviario, su nacimiento tuvo lugar en Andújar el 20 de octubre de 1922, justamente en casa de su abuelo, sita en la calle Larga. Cuando Ana contaba doce años, la familia se trasladó de Madrid a nuestra ciudad y ahí pasó parte de su adolescencia, mientras el cabeza de familia, que había dejado su trabajo en la capital, intentó ganarse la vida como ebanista. Ana, por su parte, entró a trabajar como aprendiz de modista. En esos inicios de su existencia se forjó de manera definitiva la mentalidad anarquista de nuestra biografiada. Existen un par de párrafos referidos a Andújar que son como el as y el envés de una moneda: en ellos evoca recuerdos poéticos de esos años pero también constata la dureza de la vida en la España de entonces:

    Andújar es el país de los jazmines que reptan perezosamente, como los lagartos, sobre los muros soleados de los jardines interiores blanqueados con cal y donde las mujeres hacen rosetas que se prenden en el pelo. Andújar también es el país de los higos chumbos, que se recogen con el rocío de la mañana y que se comen mientras están aún frescos. Es sobre todo la calle Larga, donde se encuentra la casa de mi abuelo, con su pozo junto al que crece un rosal gigante que recubre, guiado por un enrejado, casi todo el patio. Bajo el enrejado, cerca del pozo, pende una jarra de barro cocido llena de agua que rezuma gota a gota, dejando un reguero húmedo sobre las losas rojas. Es mi cosmos misterioso y sentimental, casi el único recuerdo bello que me queda de España.

    Andújar es uno de los sitios donde las injusticias sociales son más flagrantes; es la tierra de los latifundios, de los terratenientes despóticos; tierra de folklore, de vino y de castañuelas; tierra mísera, de hambre y revuelta, una de las cunas legendarias del anarquismo español.

    Cuando estalla la guerra ya se encuentra en Madrid, continuando con su labor de costurera. A sus quince años desea empuñar las armas como hizo su hermano Miguel, de veintiuno, trabajador ebanista de la CNT, quien fue herido varias veces y terminó en prisión al acabar el conflicto. Ante la situación de la capital, es evacuada junto con sus hermanas pequeñas Dolores y Antonia hacia Valencia. El grueso de niños y jóvenes tendrá un destino final en Cataluña; en su caso, a Vilanova i la Geltrú, ciudad que funcionaba casi totalmente de manera autogestionada, en esos experimentos anarquistas que vieron la luz en aquella época de dolor y muerte. En Vilanova entra en contacto con las Juventudes Libertarias y la organización feminista Mujeres Libres. Escribe su primer artículo de corte feminista en el Boletín Oficial de la ciudad y acude de continuo a la biblioteca, lo que le permite forjarse intelectualmente, ya que su paso por el colegio, como era entonces costumbre en las clases trabajadoras, fue bastante efímero. Allí conocerá a Dionisio Delso de Miguel, quien se convertirá en su pareja sentimental.


    Ante el avance de las tropas franquistas, en enero de 1939, atraviesa la frontera francesa y, como tantos españoles, es recluida en un campo de concentración. En 1940 es acogida en un tren de compatriotas exiliados que, formando parte de la 539 compañía militarizada de trabajadores extranjeros, malviven en penosos trabajos, con la eterna incertidumbre de lo que iba a pasar con ellos, sobre todo cuando Hitler invade territorio francés. Esa experiencia es la que da pie al título de la autobiografía antes citada: Trescientos hombres y yo, aludiendo a que era la única mujer oculta entre ese número redondo de represaliados, que la cuidaron hasta que, ante la imposibilidad de seguir manteniendo esa situación, pasa a trabajar en una granja. 

  

    Son años de numerosas peripecias, sin documentación reglamentada, siempre con el miedo de ser devuelta a España o ser apresada por el gobierno colaboracionista de Vichy, con continuos cambios de residencia, entre las que se incluye un abandonado castillo medieval. Además, se hace muy difícil una convivencia normal con su pareja, Dioni. De esa unión nacería su hija Vida, un 26 de septiembre de 1941. En junio de 1944 nos cuenta cómo comienza a colaborar con la Resistencia, cuando la familia vive en la localidad de La Salle-en-Beaumont.

     Al finalizar la II Guerra Mundial obtuvo por fin documentación para poder vivir sin el sobresalto de la ilegalidad. Es nombrada secretaria de la sección de Solidaridad Internacional Antifascista en Quet-en-Beaumont y se integró en la Alianza Democrática Española que publicó el periódico Cara a España. También formó parte de la Junta Española de Liberación que ansiaba la intervención de los aliados para erradicar la dictadura más abajo de los Pirineos, algo que nunca llegó a suceder, como todo el mundo sabe.

    En el año 1951 emigró con Dioni y su hija a Montreal, donde pasó el resto de su vida, hasta su fallecimiento el 28 de mayo de 2020. Allí trabajó veintiséis años en la industria de la confección, formando parte del Sindicato Unión Internacional de Obreros/as de la Confección para mujeres. Sus continuas denuncias de corrupción dentro del sindicato y de connivencia con el poder estatal, le supusieron la marginación por parte de sus patronos y compañeros sindicalistas. En Montreal también militó en la federación local de la CNT y en los movimientos anarquista, feminista y pacifista. En esos años entabló amistad con la pintora Marcelle Ferron, exmiembro del grupo artístico “Automatistas” y una de las fundadoras de la librería “Alternative” y del periódico La Nuit.

    Tras la muerte de Franco, en 1976, viajó a España y colaboró tanto con el diario barcelonés Solidaridad Obrera como con el boletín madrileño Bicel, de la fundación Anselmo Lorenzo.


FUENTES:

DELSO, Ana; Trescientos hombres y yo. Estampa de una revolución. Madrid, Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 1998. Colección Testimonios, 6. Las fotografías publicadas pertenecen a este libro.

http://www.estelnegre.org

https://www.federacionanarquista.net




jueves, 30 de enero de 2025

 

PEDRO ALBARRACÍN Y QUERO

(1754 o 1755 - ?)



Militar


    Zambullirse (nunca mejor dicho) en las páginas de Trafalgar, la novela fundacional de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, es una experiencia única porque, más allá de la evocación histórica que realiza el escritor canario, contemplamos cómo viven, sufren y mueren todos aquellos oficiales y marinos, envueltos en una vorágine de pólvora y fuego que pasó a la posteridad como una de las grandes batallas navales.

    En ese hecho de armas, acaecido el 21 de octubre de 1805, estuvo presente un andujareño, según consta en un artículo publicado en la revista jamilenense Trastámara, cuya referencia bibliográfica figura más abajo. Nuestro paisano se llamaba Pedro de Albarracín y Quero, apellidos resonantes de la nobleza local en cuyos árboles genealógicos se alternan la espada, la sotana y, ante todo, el poderío económico y el prestigio social.

    Fue hijo de Alonso Albarracín Valenzuela e Inés Quero Valdivia, matrimonio del cual nacieron seis hijos, uno de los cuales, Luis, eclesiástico y escritor, ya fue mencionado en este blog. Tanto Pedro como otro de sus hermanos, Antonio, se inclinaron por la milicia, y ambos ingresaron en la Armada; en concreto, Pedro lo hace en el año 1775. De Antonio sabemos que llegó al grado de alférez de fragata y fue caballero de la Orden de Calatrava.

Arsenal de El Ferrol (Wikipedia)

 

    La carrera militar efectiva de Pedro Albarracín se inicia como alférez de navío en la fragata Santa Bárbara. En 1782 fue trasladado al navío Brillante y luego al de San Fernando donde fue ascendido a teniente de fragata. En 1788 lo encontramos como ayudante del comandante del arsenal de El Ferrol, se agregó al cuerpo de ingenieros y se hizo cargo de las obras del dique de esa ciudad gallega. En 1790 fue destinado a la fragata Santa Teresa; en 1793 se le dio el mando de una embarcación denominada urca (la Cargadora) y que era un modelo casi extinto en la época. Con ella viajó dos veces de Cádiz a La Habana escoltando a barcos mercantes en la siempre difícil ruta con las Américas ante los ataques de navíos piratas.

Batalla de Finisterre (Wikipedia)
 

 

    Al terminar esas misiones, volvió a El Ferrol, donde le fue concedido el mando de la fragata Esmeralda en 1802. De 1803 a 1805 ostentó el cargo de segundo comandante del arsenal por real orden. En 1805 fue embarcado en el Príncipe de Asturias y el 30 de agosto de ese mismo año, como segundo comandante, se le destina al Argonauta, navío de 90 cañones, botado en El Ferrol en 1798 y que había participado en las batallas de Brión y Finisterre. La tripulación, compuesta por 800 hombres, zarpó del puerto de Cádiz el 20 de octubre junto al resto de la armada conjunta hispano-francesa, enfrentándose al día siguiente con los navíos británicos frente al cabo de Trafalgar. De resultas del tremendo enfrentamiento entre las dos flotas fallecieron, al parecer, unos 100 tripulantes del Argonauta y resultaron heridos 203. La tripulación fue apresada, aunque se les liberó con posterioridad en Algeciras. El barco fue destruido el 30 de octubre por los ingleses para evitar su represa.

Disposición de los barcos en la batalla de Trafalgar (Wikipedia)

 

Por haber participado en la contienda, Pedro de Albarracín fue ascendido a capitán de navío el 15 de noviembre de 1805, en una promoción general que llevó a término la Real Armada. Hay noticia de que regresó a su ciudad natal en marzo de 1807, donde seguramente disfrutaría de un merecido retiro o eso queremos pensar nosotros.


FUENTES:

GARCÍA LÓPEZ, Fernando; “Andújar en la batalla de Trafalgar”, facebook Pasión por Andújar (17 de febrero de 2016).

GUTIÉRREZ PÉREZ, José Carlos y SEGADO UCEDA, Manuel Jesús; “El Capitán de Navío Pedro Albarracín, un andujareño en la Batalla de Trafalgar”, Trastámara, 15, (enero-junio 2015), pp. 95-104.

www.gw.geneanet.org

Wikipedia