MARÍA DE RADA
(S. XVII)
Poetisa.
Aurelio Valladares Reguero publicó en 1989 una imprescindible Guía literaria de la provincia de Jaén. Se trataba entonces de recoger todas las figuras literarias que ha dado esta provincia, amén de las citas que aparecen en nuestra literatura nacional y aun extranjera. Es evidente que la tarea era ingente y que, tras la publicación de aquel libro, nuevos autores y nuevas citas cayeron en manos del investigador. Así pues, en 1993 aparecía en la revista Angélica, de Lucena, un artículo donde se hacía eco de una escritora del XVII, de nombre María de Rada, poetisa residente en Andújar y que no fue incluida en la Guía del 89. Había llegado a su conocimiento la existencia de esta escritora gracias a una nueva edición del Cancionero antequerano (1988). Es este poemario la herencia dejada a la posteridad por el llamado Grupo de Antequera: un círculo poético formado en la ciudad malagueña en el siglo XVII, que seguía todo el espíritu barroco emanado desde Granada, y cuyo principal representante fue Pedro de Espinosa. El Cancionero, titulado originalmente Bariedad de Sonetos Recogidos de diferentes autores por Ignacio de Toledo y Godoy, fue escrito en 1627 y el manuscrito no se publicó hasta 1950. El compilador no sólo se limitó a tener en cuenta a los poetas locales sino que abrió el abanico a otras plumas del panorama poético andaluz, e incluso nacional (Quevedo, los Argensola, Espinel, Barahona de Soto, etc.).
Recopilación del Cancionero Antequerano |
Son dos los poemas de María de Rada que allí se incluyen, de la que tan sólo se dice ser «vecina de Andújar». La primera composición trata «De la elección del general de San Francisco, fray Juan del Hierro», y tiene carácter satírico-burlesco. Cuenta Valladares que el suceso que da pie al soneto es histórico y tuvo lugar en 1612, debiéndose escribir entre este año y el siguiente. El segundo hace igualmente burla «de un fraile trinitario que predicó un sermón largo y enfadó a los oyentes». Alguien ha creído ver tras la figura de este plomizo predicador al trinitario Paravicino, maestro de la oratoria sagrada barroca que frecuentó tierras andaluzas. No obstante, cualquier otro sermoneador pudo ser objeto de la despiadada puya de Rada que ataca sin piedad al fraile. Dámaso Alonso usa este soneto en sus estudios de oratoria sagrada.
Otra poesía de María de Rada se encuentra en la obra de Juan de Acuña del Adarve Discursos de las efigies y verdaderos retratos..., publicada en Villanueva de Andújar (hoy de la Reina) en 1637, y que trata de la veracidad de la reliquia del Santo Rostro que se guarda en la Catedral de Jaén. Son unas décimas laudatorias que aparecen al principio del libro, anunciándose así: «De doña María de Rada, vecina de la ciudad de Andújar, mujer de esclarecido ingenio y gran virtud, al autor». Por tanto, en 1637 vivía aún en Andújar, y así lo recoge también Manuel Serrano y Sanz en sus Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas... (1905).
El mismo Valladares, con posterioridad, llega a reunir hasta nueve poemas de María de Rada. Además de los citados, el resto se encuentran en dos de las justas poéticas que se celebraron en Andújar a lo largo del XVII. El alma máter de ellas fue el religioso franciscano y escritor Francisco del Villar y Bago, una figura muy interesante del Barroco local, del que daremos noticia en otro momento. Una poesía aparece en la conmemoración que se hizo de la beatificación en 1627 de los mártires del Japón, en concreto una chanzoneta suya que se cantó en la misa conmemorativa de este hecho. Rada no participó en este certamen, pero colaboró con esta pieza. En la publicación de 1635, donde se elogia la conducción de aguas al convento franciscano, María de Rada participa con varias composiciones, aunque no sabemos si alcanzó galardón alguno pues Villar, el compilador, omite este dato. La relación entre Rada y el fraile parece prolongarse a lo largo del tiempo, ya que ambos se dedican mutuos elogios y este último habla de premios alcanzados por la poetisa en justas celebradas en otras localidades, poemas, que, por desgracia, no han llegado a nuestros días o aún no han sido descubierto por los especialistas. De hecho, en el prefacio a esta obra, escribe Villar: "Doña María de Rada, / ha tomado por su quenta, / créditos de las siuilas, / con las Musas compete[n]cias".
Portada Fiestas conducción del agua |
Nada más se puede decir por el momento de esta María de Rada, poetisa que vivió entre el siglo XVI y el XVII; que fue vecina de Andújar (aunque no sabemos por el momento si también natural de aquí) y que, si consideramos su inclusión en el Cancionero antequerano y el juicio de «mujer de esclarecido ingenio», debió de ser muy bien considerada en su momento, lo cual, siendo mujer y viviendo en la época en que vivió, no es poca cosa. Tal vez el futuro nos reserve nuevos descubrimientos sobre esta casi desconocida mujer del Barroco.
Restos del claustro del convento de S. Francisco |
FUENTES:
OSUNA, Inmaculada;«Poesía de proyección ciudadana en tres autoras del siglo XVII: Cristobalina Fernández de Alarcón, María de Rada e Isabel de Tapia», Península, 2 (2005), pp. 237-249.
SERRANO Y SANZ, Manuel; Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas. Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1905.
VALLADARES REGUERO, Aurelio; “Dos
justas poéticas celebradas en Andújar (1627 y 1633)”, BIEG, 164,
(1997), 149-204.
VALLADARES REGUERO, Aurelio; Guía literaria de la provincia de Jaén. Jaén, IEG, 1989.
VALLADARES REGUERO, Aurelio; «María de Rada, una poetisa de Andújar en los ambientes literarios andaluces de la primera mitad del siglo XVII», Angélica, 5, (1993), pp. 83-90.
VALLADARES REGUERO, Aurelio; «Nuevos datos sobre una poetisa andujareña del siglo XVII: María de Rada», Senda de los huertos, 41, (1996), pp. 85-95.
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