JUAN ASTILLERO PÉREZ, “COMPARE”
(1886 – 1912?)
Banderillero
Hubo en Andújar tiempos propicios para las tardes de toros; tardes de expectación ante la llegada del maestro que tantos elogios había recogido en otras plazas; de eternas discusiones sobre la mayor o menor pujanza de uno u otro diestro, mientras se saboreaba el vino de la taberna, que era casi como un segundo hogar. En distintas épocas, con diferentes toreros y renovadas aficiones, Andújar siempre ha tenido una atracción especial hacia este arcaico enfrentamiento del hombre y la bestia. Enrique Gómez Martínez ya nos descubrió, hace tiempo, la importancia de los festejos taurinos en el pasado de la ciudad; y nuestros mayores recuerdan aún las historias contadas acerca de los cosos que existieron en la vieja Andújar antes de que se construyera el actual, ya centenario. Abundan aquí y allí los carteles amarillentos, plenos de nombres gloriosos de la tauromaquia nacional, que nos hacen sonreír ante los precios de antaño y las repetitivas fórmulas del estilo “si el tiempo y la autoridad competente no lo impiden”. En las postrimerías del siglo XIX e inicios del XX debió ser especialmente importante la Andújar taurina pues un personaje de la celebrada zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente, cita a nuestra ciudad cuando espera que se le pague algo por una faena que tuvo lugar aquí. Y, por supuesto, luego está nuestra sierra, atesorando las reses que algún día serán lidiadas sobre el albero de alguna plaza.
En fin, todos estos prolegómenos nos ayudan para adentrarnos en otro terreno de la Andújar eterna, a través de sus hombres y mujeres. En este caso, un banderillero: Juan Astillero Pérez, alias “Compare”, nacido a orillas del Guadalquivir el 24 de enero de 1886. Su nombre se nos descubre dentro de la inmensa obra iniciada por José María de Cossío, Los toros, y como ocurre con el resto de biografías incluidas, abunda en datos acerca de sus distintas actuaciones. Así sabemos que empieza a torear en la desaparecida plaza madrileña de Tetuán de las Victoria en 1909. En esa misma temporada sufrió tres cornadas, una de ellas de importancia. Dos años después parece haber alcanzado cierta fama, pues actúa en treinta y cinco corridas. El 29 de octubre participa en la lidia de cinco novillos de Murube y uno de Gamero Cívico para Vázquez II, Eusebio Fuentes y “Torquito”. Sigue relatando Cossío que al “Compare” se le aplaudió intensamente un gran par que clavó en el sexto de la tarde, de nombre “Balconero”.
Antiguo coso de Tetuán de las Victorias (desaparecido) (www.fuenterrebollo.com) |
El 5 de mayo de 1912 sufrió una grave cogida en Madrid, en el coso de Tetuán de las Victorias, por parte de un novillo que lo corneó repetidamente. Don José María comenta que su vida corrió peligro y apunta con exactitud el alcance de las tres heridas que recibió: una, de tres centímetros, en la región lateral del cuello; otra, de dos, en la antero lateral; y la última, en la región escapular izquierda. Los novillos eran: cuatro de don Máximo Hernán y dos de la marquesa de Cuéllar para los espadas “Minerito”, “Alfarero” y Vernia.
Cossío concluye su apunte biográfico con este comentario: “Juan Astillero era un banderillero muy valiente y adornado”.
Pero si arriba hemos apuntado 1912 como probable fecha de su fallecimiento es porque, a diferencia de este autor, el crítico taurino José Alameda dejó escrito en su obra Crónica de sangre que “Compare” murió ese día “al ser corneado por un toro de Hernán”. El erudito taurino mexicano Rafael Gómez Lozano “Dientefino” es quien apunta la diferencia entre la versión de uno y otro entendido, aunque es extraño que Cossío, tan atento al detalle minucioso, dejara escapar algo tan básico como que nuestro paisano perdiera su vida en el ruedo o muriese de forma natural. Y al igual que hemos encontrado en alguna que otra página web dedicada al mundo del toro, desde aquí hacemos un llamamiento para que algún aficionado a la tauromaquia o incluso descendiente de este banderillero, nos dé luz acerca del final cierto de Juan Astillero.
FUENTES:
COSSÍO, José María de; Los toros. Madrid, Espasa-Calpe, 1943; tomo III, página 68.
Qué bueno que estés de nuevo aquí, Manolo. Un abrazo de tu amigo Fran.
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