sábado, 23 de agosto de 2014

MANUEL MARÍA MONTERO MOYA

(1826 – 1914)




Maestro, pedagogo, poeta, escritor, político.

El pasado 12 de agosto (fecha señera en Andújar donde las haya) se cumplieron cien años del fallecimiento de Manuel María Montero Moya, una de las figuras más interesantes que dio la provincia de Jaén a lo largo del siglo XIX, ya que en él encontramos toda la agitación que vivió nuestro país a lo largo de esa centuria. Además, el espíritu y su forma de pensar muestran como en otros casos la unión entre el pasado y el futuro, entre la tradición y la obligada regeneración de España. Y así, nuestro biografiado fue de ideología republicana, aunque sin llegar a posturas revolucionarias; su anticlericalismo contrasta con su sentida devoción hacia la Virgen de la Cabeza; y en pedagogía, es partidario de reformas pero sin dejar de lado la experiencia acumulada en las aulas.

La antigua casa cuna de Andújar, lugar del nacimiento de Montero Moya.
En 1926 se le dedicó esta lápida.

Nació el 26 de diciembre de 1826, en la calle Tiradores. Manuel María se crío en el seno de una familia culta, ya que el padre era catedrático de Latín y Humanidades en Andújar. Aprendió las primeras letras y nociones de latín y francés con su padre y después cursó Filosofía en el colegio que fundara en 1838 Jerónimo de la Cal. Comenzó estudios eclesiásticos en Baeza (1842), aunque los abandonó debido a una crisis en parte religiosa, pero sobre todo política, al posicionarse claramente como liberal en contra del absolutismo. El ayuntamiento de Andújar le costeó los estudios de Magisterio en la Escuela Normal de Jaén. Entre 1847-1853 ejerce la docencia en su ciudad natal, en una escuela ofrecida y acordada por el ayuntamiento. En esta época es cuando empieza su carrera literaria, que dará como fruto numerosos artículos en prensa, poemas y textos pedagógicos. Así, encontramos colaboraciones suyas en El Guadalbullón y en 1850 crea en Andújar El Iliturgitano, con José Garzón. En ese mismo año se casa con la andujareña Eufrasia Garzón Aguado. Sus inquietudes sociales le llevan a intentar crear en la ciudad un Monte de Piedad, que no llegó a existir. Obtiene por oposición plaza en la escuela de Baeza, donde estará diez años. En ese tiempo el matrimonio tiene tres hijos: Manuel, Rosa y Fernando.

De Cazabán: Poetas y poesía.

Interviene en iniciativas de corte liberal y se opone a O'Donnell. Viaja a Madrid y publica en revistas de la capital, como El Correo de la Moda. En 1863 se traslada a una escuela de Linares. Allí publica en El Eco Minero y otras revistas de La Carolina (donde trabajaba su hermano Pablo). Interviene activamente en los sucesos de La Gloriosa (1868), como ferviente republicano, aunque con el tiempo derivará hacia posturas más moderadas. En 1869 lo tenemos en Jaén, como director de la escuela de párvulos. Su carrera política toma impulso al ser elegido diputado a Cortes por Alcalá la Real en 1873. Muy valorado por los líderes republicanos, Castelar le ofrece la dirección general de Instrucción Pública, cargo que rechazó. Fue jefe provincial del partido republicano y colabora en la fundación del casino de artesanos.

Fotografiado con sus nietos
(De la biografía de Morales Cuesta).

En 1882 asistió al congreso nacional de Pedagogía que se celebró en Jaén, donde tuvo una intervención muy destacada, y así en 1891 preside la Asamblea general del Magisterio, en Madrid, de la que salió un proyecto de reforma de la legislación de primera enseñanza. En 1904 le llega la jubilación y recibe un homenaje en la Escuela Normal Superior de maestros de Jaén. Igualmente, se le dedica una calle. Dos años antes había fundado la Asociación del Magisterio de Jaén. 

Pasó sus últimos años retirado en su casa de la calle Merced Baja hasta que le sobrevino la muerte, a causa de una gastroenteritis el 12 de agosto de 1914.

Tomado de la obra de Morales Cuesta:
 Montero Moya. Vida y obra poética.

Al margen de sus numerosos artículos en prensa, en su obra hay que destacar la colaboración en el Romancero de Jaén (dedicado a Isabel II) y abundantes poesías como la “Epístola a Pepe” o “A Nuestra Señora de la Cabeza en el Santuario que lleva su nombre...” En el apartado político, hay que reseñar sus Ligeros apuntes sobre cuestiones de actualidad (1892) donde expone sus ideología republicana y analiza otros movimientos políticos de la época como el socialismo, el comunismo y el anarquismo. Igualmente se muestra contrario a la pena de muerte. Como pedagogo, debemos citar tanto El faro de la infancia (1879), donde muestra su postura su afán regenerador, aunque respetando la tradición; y Breves indicaciones acerca de una cuestión palpitante (1910), donde defiende con vehemencia el orgullo de ser maestro.
El principal biógrafo y estudioso de este ejemplo de maestros es Manuel María Morales Cuesta, descendiente de nuestro paisano. A sus estudios remitimos a aquellos que estén interesados en ahondar más en la figura y la obra de Montero Moya; el cual, aunque tiene dedicada calle en Andújar (en 1912 se le dio su nombre a la calle Tiradores y desde hace años lo lleva otra vía de la cudad), no cuenta con un colegio que pudiera ostentar con orgullo ser denominado con los apellidos de quien tanto hizo por el mundo de la escuela en tiempos más que convulsos. Ahí queda la idea para nuevos establecimientos escolares o para renombrar a alguno de los existentes actualmente.

Para finalizar, ofrecemos este soneto de Montero Moya, dedicado a la Virgen de la Cabeza, con motivo de su coronación canónica de 1909:

Mi noble pueblo con fervor te aclama,
Y mientras a tus pies contrito llora,
Humilde y fiel te acata por Señora,
Y por Madre Dulcísima te ama.

Mantén vivo el amor en que se inflama
Y la fe ardiente que en su pecho mora;
Y siempre, Excelsa Madre, como ahora
Guarda la grey que tu poder proclama.

Ese es mi pueblo, amante y generoso,
Áurea corona ofrecerá a tus sienes
con pingües joyas y labores bellas.

Pero... ese don espléndido y precioso,
¿qué será para Ti que por corona tienes
la augusta majestad de las estrellas?




FUENTES:

CAZABÁN LAGUNA, Alfredo; Poetas y poesía. Jaén, Unión tipográfica, 1911.

MORALES CUESTA, Manuel María; “La amistad de dos poetas”, Senda de los huertos, 29, (1993), 53-57.

MORALES CUESTA, Manuel María; “Las ideas pedagógicas de Montero Moya”, Revista de la Facultad de Humanidades de Jaén. Vol, 2, tomo 1 (1993), 35-47.

MORALES CUESTA, Manuel María; Montero Moya. Vida y obra poética. Jaén, Ayuntamiento, 1995.

MORALES CUESTA, Manuel María; “Montero Moya y la política de su tiempo”, BIEG, 145, (1992), 109-124.

MORALES CUESTA, Manuel María; “Nuevos textos de Montero Moya”, BIEG, 162, 1, (1996), 83-90-

RUBIO FERNÁNDEZ, Juan; “la Virgen de la Cabeza en la obra literaria del iliturgitano Montero Moya”, Mirando al santuario, 2ª. Época, 16, (2002), pp. 16-17.

VARIOS, Jaén. Tomo IV.

Revistas Don Lope de Sosa y Paisaje.



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