JUAN DEL CAÑO
(1520 ó 1521 – 1583)
Polígrafo
En el pasado de nuestra
ciudad destaca este personaje, infatigable estudioso, intérprete de
las Sagradas Escrituras, que
mereció en su época elogios diversos, destacando los de Arias
Montano, al que le unió tanto la amistad como la curiosidad por el
mundo que les rodeaba. En su monumental obra, Rhetoricorum, le dedica encendidos elogios, poniendo a su amigo Juan ("Cannum, dulce mihi nomen") como ejemplo de hombre versado en lenguas. De don Juan se cuentan portentosas hazañas
intelectuales, como que a los dieciséis años ya estaba estudiando
en Salamanca y que, con gran rapidez, aprendió latín y griego. En
poco tiempo, y debido a su facilidad de estudio, sustituyó a su
maestro León de Castro en la cátedra de griego. A las lenguas latinas y
griegas unió enseguida el conocimiento del hebreo. Y no solo usó
estos idiomas como herramientas filológicas, sino que experimentó
con ellos, llegando a ser un consumado poeta en las tres lenguas. Hay
quien dice, incluso, que murió recitando versos compuestos en estos
idiomas.
Benito Arias Montano (es.wikipedia.org) |
Todo el mundo del saber
le interesaba: fue músico, matemático, astrólogo, especialista en
aritmética y geometría... Durante treinta años ocupó la cátedra
de Escritura, siendo el primer catedrático de la Universidad de
Santiago de Compostela, prosiguiéndola en León y acabando en
Salamanca.
No obstante, para
Andújar, su ciudad, el legado de don Juan es otro: fruto de sus
sesudas investigaciones fue el determinar que la antigua Iliturgi se
correspondía con su patria chica, y que la labor evangélica de San
Eufrasio lo ligaba, pues, con su pueblo. En 1561, desde León, envió
dos cartas (a los cabildos eclesiástico y seglar de Andújar) donde
defendía esta relación entre el varón apostólico y su ciudad
natal. Al parecer, nunca llegaron a publicarse, pero fueron
determinantes para que se iniciara el proceso que culminó con la
traída de las reliquias de San Eufrasio a Andújar, labor en la que
se afanó su sobrino, Francisco Terrones del Caño (a quien protegió de forma especial y a quien enseñó la lengua hebrea). Hoy sabemos cuán
equivocado andaba nuestro sabio andujareño, ya que las excavaciones
han dejado muy claro que es Isturgi lo que se encontraba en el
cercano lugar de Los Villares, siendo la actual Mengíbar la heredera
de aquella mítica ciudad de Iliturgi. Pero la historia es la que es,
y desde ese momento, Andújar rinde culto a su santo patrón, y los
andujareños somos también iliturgitanos, y ahí andan tanto
lingüistas como historiadores lidiando acerca de la corrección o no
en cuanto al uso de este gentilicio de raíces latinas. Sea como
fuere, el caso es que se puede considerar a don Juan como el
iniciador de la investigación histórica en Andújar, labor que
continuaría años después un descendiente suyo: el historiador
local Terrones Robles.
Monedas de Iliturgi (www.moneda-hispanica.com) |
Su contribución a la
religiosidad local fue recogida en las famosas rimas que Lupercio
Leonardo de Argensola dedicó al traslado de las reliquias de San
Eufrasio a Andújar:
[…] Hasta que un
hijo tuyo agradecido,
Insigne por virtudes
y por ciencia,
Descubrió lo que el
tiempo había escondido.
Restituyote al fin
sin competencia,
Con el antiguo nombre
la memoria,
Tu derecho, legítima
y herencia:
Caño, Doctor de la
Sagrada historia
En la ciudad que,
como un tiempo Atenas,
A Grecia daba da a su
España gloria.
¡Oh Caño! Si de
flores dexas llenas
Las orillas del
Tormes, no podías
Dexar las de tu Betis
como agenas.
Las antiguas
historias revolvías:
Líneas también
echabas por el cielo
Con devota oración
noches y días:
Hasta que hallando de
tu patria suelo
El antiguo blasón,
se comunica
A tu noble ciudad tu
santo zelo.
Luego un famoso
templo le dedica,
Y en la sagrada
fuente a los Infantes
Tu nombre, Eufrasio,
el sacerdote aplica:
Y Andújar viere tus
reliquias antes,
Si Dios no le llevara
a ser vecino
De los muros eternos
y triunfantes.
San Eufrasio (elblogdecassia.blogspot.com) |
Pues sí, don Juan del
Caño no pudo presenciar el traslado de las reliquias, labor en la
que invirtieron tanto esfuerzo tanto Francisco Terrones como su
hermano Mauro, ya que falleció en Salamanca un siete de noviembre de
1583, catorce años antes de que se produjeran los hechos que glosaba
el poeta zaragozano. Sí que fue testigo, sin embargo, de la dedicación de la iglesia mayor del convento de frailes trinitarios a San Eufrasio, acontecimiento que tuvo lugar un dieciocho de octubre de 1576, y en cuyo acto predicó nuestro sabio.
FUENTES:
ARIAS MONTANO, Benito;
Rhetoricorum, lib. IV.
CABALLERO VENZALÁ,
Manuel; Diccionario biobibliográfico del Santo Reino. Jaén,
Diputación, 1986. Tomo II.
LEONARDO DE ARGENSOLA,
Lupercio, Rimas. Madrid, Imprenta Real, 1804. Tomo I.
TERRONES DEL CAÑO, Francisco; Obras completas. León, Junta de Castilla-León - Universidad, 2001. Estudio y edición de Francisco J. Fuente Fernández.
TERRONES DEL CAÑO, Francisco; Obras completas. León, Junta de Castilla-León - Universidad, 2001. Estudio y edición de Francisco J. Fuente Fernández.
TORRES LAGUNA, Carlos de;
Andújar cristiana. Andújar, La Puritana, 1956.
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