BEATO
MARCOS CRIADO
(1522
– 1569)
Cuadro de Manuel Reina Infantes (2020)
en la iglesia de Santa Ana de Guadix
(gentileza de Carlos J. Garrido)
Mártir
trinitario
No
se me ocurre oportunidad más acertada para recordar a este hijo de
Andújar que hacerlo en este día, cuando se cumplen quinientos años
justos de su natalicio y las comunidades trinitarias de la ciudad se
aprestan a celebrar tan feliz acontecimiento con variados actos a lo
largo del presente 2022.
Marcos
Criado de Pasillas recibió el nombre del santo del día, el
evangelista cuyo símbolo felino parece ir bien con el temperamento
decidido del futuro mártir: constante y decidido como un león. Fue
el menor de los hijos nacidos bajo el amparo de una familia notable
de Andújar: el padre, Juan Francisco Criado Ramírez era natural de
La Higuera; la madre, Marina (en algunos sitios: María) de Pasillas,
de Andújar.
Las hagiografías que hablan
de él lo describen siempre con las aptitudes y actitudes propias de
un futuro siervo de Dios: humilde, discreto, obediente, respetuoso
con los criados, cercano a todos… y aparece el hecho prodigioso de
que fuera “Jesús” la primera palabra que pronunciara, lo que
anuncia el milagroso suceso acaecido en su cruenta muerte. Esta
inclinación por lo religioso no decae con los años; muy al
contrario, siendo ya un niño, gustaba
de formar procesiones con sus amigos y montar altares con estampitas
devocionales. Igualmente se destaca su facilidad para formarse en
diversas disciplinas, propias del Humanismo imperante.

Talla de José Mª. Ponsoda Bravo
en el santuario de la V. de la Cabeza
La
supuesta proximidad a su hogar del antiguo convento trinitario, sito
entonces aún a espaldas del Cabildo, en lo que luego sería cenobio
carmelita, hace que se acerque con sumo interés a los misterios de
la Orden de la Redención de Cautivos. Asiste
allí a misa y ayuda en diversas tareas: componer ornamentos, limpiar
la iglesia, asear los altares… Siendo aún un infante, la madre
fallece, según el juicio de sus principales biógrafos (aunque
disiente de ello el erudito andujareño Ruiz Juncal, que afirma
categóricamente que tal hecho se produjo años después, siendo ya
Marcos Criado un adulto). Sea por este motivo o porque su fe deseaba
tener un mayor compromiso, pide permiso en casa para retirarse a
meditar unos días al santuario de Nuestra Señora de la Cabeza.
Según fray Diego de Ávila esta visita fue trascendental para
orientar su vida de manera decidida a la predicación en el seno de
la Orden Trinitaria.
Parece
que inició su formación en 1537, en el mismo convento de Andújar,
donde ya era bien conocido. En su etapa de noviciado se acrecientan
esos valores humildes que ya se habían constatado cuando en
su infancia: era común que
jugara con su apellido paterno para decir que él deseaba ser
“criado” de los demás, y no al contrario, a pesar de la buena
situación económica de su familia y su ascendente social en la
ciudad, ya que el apellido Criado comienza a emparejarse con lo más
granado de la edilicia local. Sus superiores lo mandan fuera de
Andújar para que se forme en Filosofía y Teología. Marcos respeta
esa decisión que, no obstante, parece incomodarle pues sospecha que
quieren formarlo para una futura labor docente que él siempre
rechazará, ya que su sueño es acudir a tierras de misión y
predicar en Evangelio.
Imagen del beato Marcos Criado en su procesión anual
en La Peza (www.diocesisdeguadix.es)
Pronto
adquiere fama de orador, pidiendo varios conventos que acuda a sus
templos a predicar, aunque durante un tiempo será predicador mayor
de Andújar y confesor. En un momento dado, abrumado por las muchas
personas que lo buscaban en su pueblo para que su palabra fuera
bálsamo público en el púlpito
o privado en el confesionario, pide traslado a otra casa de la Orden.
Su siguiente destino será Jaén, en un edificio ya hoy desaparecido:
el convento trinitario que se hallaba en el barrio de San Juan. De
nuevo se ve agobiado por la inmensidad de fieles que acudían a él
buscando auxilio para sus cuitas personales, y pide ser trasladado,
en este caso, a Úbeda. Para descargarse un tanto de su labor
predicadora y abundar en su sentido de la humildad, alternó su buen
quehacer para la oratoria con el cargo de sacristán.
Ante
la petición del provincial de enviar a las diócesis de Almería y
Guadix religiosos que intentasen frenar el continuo avance de la
influencia musulmana en la comunidad morisca, Marcos Criado vio la
oportunidad de su vida: por fin podría predicar el Evangelio en
zonas poco predispuestas a oír la palabra de Dios; en parte porque
su tendencia hacia el Islam era innata, pero también como protesta
ante las cargas tributarias que les eran impuestas a los moriscos por
la Corona y el férreo
control de la ideología religiosa.
Junto con otro compañero del
convento se presentó ante al obispo de Guadix, Melchor Álvarez de
Vozmediano, siendo destinado fray Marcos a la localidad de La Peza,
en plena Alpujarra granadina. Allí tendría que ayudar en la labor
pastoral al párroco, Pedro Palencia. Algo bastante complicado pues
los ánimos estaban bastante caldeados en una población que veía a
los servidores de Dios como una prolongación del yugo infringido por
la monarquía. Estas pequeñas poblaciones rurales eran el último
reducto de los moriscos, después de que las grandes ciudades, como
Guadix o Baza fueran repobladas por cristianos viejos.

Escultura de Antonio González Orea
junto a la iglesia de S. Miguel de Andújar
La
condición de fray Marcos, como religioso de la Orden de la Santísima
Trinidad, enfurecía aún maś, si cabe, a los musulmanes, que no
aceptaban tal misterio de la Iglesia de Roma, ya que para ellos
atacaba la base del monoteísmo. Aunque fue golpeado y apaleado en
más de una ocasión, pidió permiso al obispo para penetrar en lo
más profundo de aquellos parajes. Anduvo por un tiempo por la sierra
de los Filabres, pero luego de varios encuentros violentos, hubo de
volver a La Peza a requerimiento del prelado. El
acoso a los seguidores del Islam llega a su culmen en 1567. Un año
después, Hernando de Valor es coronado en Béznar rey con el nombre
de Aben Humeya. La Peza fue invadida por un grupo de moriscos en
1569, los cristianos viejos se refugian en el castillo, y
la iglesia es incendiada y
reducida a escombros. Aunque los moradores de la fortaleza pudieron
moverse con cierta libertad por el pueblo, no dejaban de ser
insultados por la mayoría morisca. El párroco fue asesinado y quedó
fray Marcos solo para consolar a los atribulados cristianos. Un día
fue asaltado, lo maltrataron dándole puntapiés y sacándolo a las
afueras de La Peza, lo ataron a una encina, en el lugar conocido como
fuente de Belchite, donde estuvo predicando el Evangelio durante tres
días. Tras apedrearlo de forma reiterada y hartos de escucharlo,
resolvieron arrancarle el corazón. En este momento tiene lugar el
prodigio que todos sus biógrafos destacan: el corazón brilló con
gran intensidad y claramente vieron sus asesinos en él el anagrama
de Jesús Hombre Salvador.
El
final de la guerra de las Alpujarras, que eliminó completamente el
último vestigio de la religión musulmana en la península, tuvo
lugar en 1570. A partir de ese momento se inicia por parte de la
Iglesia una recuperación de los templos que habían sido saqueados e
incluso demolidos, y una base argumental fuerte para afianzar
definitivamente el Cristianismo en la zona. Dos documentos se van a
suceder en el tiempo para recoger toda la represión sufrida por los
seguidores de Cristo: las denominadas Informaciones
y, sobre todo, las Actas de Ugíjar.
De todos los hechos luctuosos acaecidos en esos días, llamó
poderosamente la atención desde el principio el martirio de fray
Marcos, a quien los pezanos comenzaron a aclamarlo como santo. De
esta manera, se incoa el expediente para beatificarlo y su figura es
glosada por diferentes autores a lo largo de los siglos XVI y XVII.
Pero el proceso se va a prolongar a lo largo de varias décadas,
tropezando con la desidia de algunos prelados y el exceso de celo por
cumplirse el decreto de Urbano VIII, en el caso de otros. Por fin
llegaría la ansiada beatificación el 24 de julio de 1899,
confirmada por el pontífice León XIII.

Cuadro de azulejos en la fachada del antiguo
templo trinitario de Sevilla
(Wikipedia)
En
La Peza se celebra todos los años una animada romería el 24 de
septiembre en el entorno de la ermita levantada en honor de “Santo
Marcos”. En Andújar, su ciudad natal, es recordado en su altozano,
presidido por la imagen en piedra que realizara González Orea, así
como en otras representaciones escultóricas que podemos encontrar en
la ermita de la Virgen de la Cabeza, en la iglesia conventual de las
madres trinitarias y el santuario de Sierra Morena. Tanto Ruiz Juncal
a principios del siglo XX como el padre fray Arturo Curiel a finales
del mismo, coincidiendo con el centenario de su beatificación,
fueron grandes divulgadores en Andújar de la labor ejercida por este
siervo de Dios. Ahora hay una nueva oportunidad para recordar a los
andujareños el legado de este sencillo fraile trinitario.
El domingo 8 de mayo de 2022 se celebró en la iglesia conventual de las MM. Trinitarias de Andújar la solemne inauguración de los actos conmemorativos del quinto centenario con una Eucaristía presidida por el obispo de Jaén, monseñor Sebastián Chica y concelebrada por el superior, el provincial de la Orden y varios sacerdotes de la orden trinitaria y del clero secular.
FUENTES:
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Padre Antonino de la ; Vida, martirio y culto del ilustre
mártir B. Marcos Criado de la Orden de la Santísima Trinidad,
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padre fray Antonio Ventura del Prado. Abreviada y reimpresa por el
presbítero Dr. D. José Fernández y Fernández en el año 1876.
Nuevamente reimpresa y aumentada por el P. Fr. A. de la Asunción de
dicha Orden en el de 1900. Roma,
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Fray Juan; Vida y martirio del Santo Fr. Marcos Criado,
natural de la ciudad de Andújar, religioso del Orden de la Santísima
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TORRES
LAGUNA, Carlos de; Andújar cristiana.
Andújar, el autor, 1956.